Las deficiencias del transporte escolar en Santiago: «Os nenos chegan ás clases empezadas e os pais entran tarde a traballar»

Olimpio Pelayo Arca Camba
o. p. arca SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

Sandra Alonso

Los retrasos de horarios en el transporte al colegio de Vite son constantes desde el inicio de curso, denuncian las familias afectadas

03 oct 2022 . Actualizado a las 23:37 h.

Son las 8.45 horas del viernes 30 de septiembre, y a la parada de Cruceiro da Coruña, en Meixonfrío, llega Andrea Garrido con su hija Leire, de tres años. Acaba de empezar a estudiar en el CEIP de Vite y es el primer día que se subirá al transporte escolar. Vienen con tiempo: «Xa escoitei os problemas que hai, onte [por el jueves] estaban nais e pais con pancartas no colexio polos retrasos e as queixas» del funcionamiento del servicio. Ella, si surgen inconvenientes, podrá llevar a la pequeña en su coche.

Ocho minutos más tarde llega Natalia Gigirey con Mencía, de 6 años: «Ela dixo que hoxe ía a ser un gran día porque colle o autobús». También es primeriza, como su primo Nico, que se presenta con su madre, Leticia Gigirey. Empiezan a utilizar el autobús para intentar conciliar horario laboral y escolar, «porque nos permite deixalos antes e entrar máis pronto no traballo», indica Natalia. Aunque no las tiene todas consigo. En el chat de padres, los retrasos y problemas con los autobuses escolares ocupan líneas y líneas: «Están moi descontentos porque non hai un día que chegue en hora. E os retrasos supoñen que os nenos chegan ás clases empezadas e os pais entran tarde a traballar».

Porque subraya que las esperas por encima del horario previsto trastocan toda la jornada, la laboral pero también de otros compromisos, como citas médicas: «Hai xente que ten horario flexible, pero outros non, e con quen deixas ao neno? Non vai quedar abandonado na parada. Eu collerei o coche e lévoa, ou que se acerquen os avós para esperar con ela. Iso pode pasar un día, ou dous, pero non estar cada día así».

María Noya aparece con sus dos hijos a las 9.05 horas. Ellos tienen ya experiencia, y saben que ahora siempre se llega a tiempo: «Nos últimos 7 anos, coa anterior compañía, o autobús estaba aquí todos os días ás 9.09 horas. Con Monbus, o día que máis pronto chega son as 9.15. Terían que estar no colexio ás 9.25, porque ás 9.30 empezan as clases. Pero por un día que vén ás 9.15, tres vén ás 9.25. Nunha ocasión, non apareceu ata as 9.40». María explica que algunos padres antes se subían en la misma parada al urbano de la línea 1 para ir a trabajar, pero con estos retrasos, deben esperar al siguiente e inician tarde su jornada. «Outra rapaza que traballa en Sigüeiro, cando o bus chega ás 9.25 ou 9.30 non entra a tempo, porque empeza ás 9.45. E eu agora comezo a traballar de mañá e xa necesito que alguén mos traia. Se usamos o transporte escolar é porque o necesitamos, non é un capricho». Por eso reclama un correcto funcionamiento, como tuvieron hasta el cambio de empresa.

A las 9.18 llega el autobús. Baja la cuidadora y ayuda a subir a Leire, ilusionada por viajar al fin en el autocar. La siguen más de una decena de compañeros, todos con sus mascarillas y sus mochilas. El retraso fue asumible. Nada que ver con otra línea que el viernes anterior llegó al colegio de Vite una hora tarde.

Sandra Alonso

 Esperas de más de 30 minutos soportando inclemencias del tiempo en una parada muy usada

Ana Laura Pose lleva cada día a sus dos hijos a subirse al autobús del colegio de Vite: «Venimos hacia las 9 horas, pero a veces pasa a las 9.27 o las 9.35. Hoy es un día hermoso, pero ayer [por el jueves] llovía y había viento. Y estamos en días así más de 30 minutos esperando en la parada, que tampoco tiene cabida para todos, así que por lo general estás con el paraguas fuera».

Porque en la marquesina de Meixonfrío son en torno a 15 escolares de Vite, a los que pueden sumarse usuarios de línea urbana 1. Pasan, en otros horarios, autocares para otros centros educativos, como el de Monte dos Postes, por fortuna, sin los problemas que padece el de Vite, comentan dos madres.

Y es que el autocar para este último colegio viene ya de hacer otra ruta escolar: «Non lles dá tempo porque fan máis liñas», explica María Noya. Con el tráfico es imposible llegar antes. 

Esperas tambien a la salida

Silvia Mosquera explica que también al regreso hay retrasos. Probablemente, más desesperantes: «Chegan aquí normalmente ás 14.40 horas, e recóllenos os meus pais. Pero houbo un día que chegou ás 15.30 horas, e miña estaba nerviosa. Non tiña forma de contactar con ninguén, e non sabía que facer, se esperar aquí ou marchar para a casa ... Un desastre», concluye.