Un estudio del IDIS de Santiago lo confirma: los niños que comen más lento engordan menos

Elisa Álvarez González
E. Álvarez SANTIAGO

SANTIAGO

Sandra Alonso

El proyecto observó a casi un millar de menores de entre tres y seis años; los que hacen una ingesta más pausada también siguen más la dieta mediterránea

29 sep 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Un estudio del CIBER de Fisiopatología de la Obesidad y Nutrición, en el que colaboró el IDIS de Santiago con la pediatra Rosaura Leis como investigadora principal, ha evaluado la asociación entre la velocidad al comer en la infancia y el riesgo a desarrollar sobrepeso y otros factores de riesgo cardiometabólico. El proyecto se realizó en 956 menores de entre tres y seis años, con el fin de comprobar si hay un nexo entre la velocidad de ingesta de las tres comidas principales y el riesgo de presentar sobrepeso u obesidad, mayor adiposidad, más tensión arterial y otros factores de riesgo como colesterol, triglicéridos o glucosa en ayudas.

El estudio demostró que los niños que comen más rápido presentan menos adherencia a la dieta mediterránea, mayor riesgo de sobrepeso e incremento de los niveles de grasa corporal, tensión arterial y glucosa en sangre. Esto indica que comer con mayor velocidad podría estar asociado con la ingesta de alimentos menos saludables. ¿Qué ocurre? Que estos productos ultraprocesados asociados a mayor obesidad pueden resultar más atractivos debido a su alta palatabilidad -alimentos gratos al paladar-. 

Además, hay otros estudios que demuestran que masticar lentamente y aumentar el número de ciclos de masticación durante una comida se asocia inversamente con la adiposidad. Una velocidad de ingesta más lenta podría por lo tanto mejorar el desarrollo de la señal de saciedad, limitando la ingesta total de alimentos. 

Hay que tener en cuenta que en España el 41 % de los infantes de entre seis y nueve años presentan sobrepeso u obesidad