El antiguo vertedero de Aríns da paso a 32 hectáreas de espacio verde para Santiago

La Voz SANTIAGO

SANTIAGO

cedida

El Ayuntamiento ha concluido su sellado, pero aún ha de declararse la clausura definitiva

25 sep 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

El antiguo vertedero de inertes de Aríns ya es historia. Clausurado en el 2010 y abandonado hasta el 2020, cuando el actual gobierno local encargó el proyecto para asumir su sellado, la antigua escombrera se incorporará como una amplia zona verde al patrimonio municipal. Aportará 32 hectáreas tras haber concluido su sellado, una intervención que requirió meses y un gasto próximo a los 850.000 euros. Las obras han concluido, según anunció ayer el Ayuntamiento, aunque no todavía los trámites para darlo oficialmente por clausurado.

Según la concejala de Medio Ambiente, Mila Castro, aunque el acta de recepción de las obras se firmó el pasado día 19, todavía está pendiente la declaración definitiva de su clausura y la aprobación del plan de vigilancia y control de posclausura por parte de la Xunta, como órgano ambiental competente.

Los trabajos consistieron en el aislamiento de los residuos acumulados, la creación de capas de sellado estables en el tiempo mediante taludes de pendientes suaves, el control de las aguas superficiales para minimizar las escorrentías, la mejora de los accesos para la conservación y la vigilancia tras la clausura, además de la minimización de los posibles impactos ambientales y la eliminación del impacto paisajístico del antiguo vertedero, que antes de su uso para el depósito de material de construcción había sido una antigua mina de cobre.

El sellado de la escombrera llevó tres láminas, una de geotextil, otra de polietileno (actúa como capa de impermeabilización de los residuos) y otra de geodrén (permite dar salida al agua superficial), cubiertas por una capa de entre 30 y 40 centímetros de tierras seleccionadas. Y por encima de ellas todavía se dispuso una capa de 15 centímetros de tierras vegetales hidrosembradas. Además, en el perímetro se incluyeron unas cunetas que recogen las aguas artificiales que pasarán a una balsa de decantación para eliminar los lodos hasta que la vegetación coja arraigo. La cubierta vegetal que ya está creciendo en la zona favorecerá además la evapotranspiración, lo que permitirá una menor erosión del suelo, minimizando el impacto paisajístico y reintegrando el vertedero a su entorno natural, según el Ayuntamiento.

Este es el tercer vertedero que sella el Concello capitalino entre las dos y tres últimas décadas. En 1995, el antiguo vertedero de residuos urbanos de Costa Vella se convirtió en un parque público tras su sellado. Recientemente todavía se plantaron un millar de carballos en la parcela. En el 2007 se procedió, asimismo, al sellado del vertedero de Piñor (Villestro), que había dado el relevo en su momento al de Costa Vella. Ahora está pendiente el de Grixoa. La firma que lo explota presentó el proyecto en junio pasado.