La red de agua de Santiago tuvo 330 averías en el 2021, sobre todo en la zona vieja

r. M. SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

Sandra Alonso

Este año ya supera los 200, con especial incidencia también en el casco histórico y Vite

21 sep 2022 . Actualizado a las 13:45 h.

Santiago registró el pasado año 328 averías en su red de abastecimiento, una circunstancia vinculada esencialmente a la antigüedad de parte de sus conducciones y a la que difícilmente se le pondrá remedio a corto plazo, más allá de resolver puntualmente los percances que sigan surgiendo. Con el actual contrato de la gestión del servicio vencido desde el 2019 y la falta de acuerdo en la corporación acerca del modelo más adecuado para afrontar el futuro de la prestación, cualquier solución ha de esperar ya al próximo mandato.

Y eso supone que también tendrá que esperar la programación de inversiones para modernizar una red que todavía tiene el 12 % de sus casi 603 kilómetros con fibrocemento y para minimizar la pérdida de agua que conllevan las averías y las fugas, una cuestión que nunca es menor, y más cuando la sequía acecha.

En Santiago, esa pérdida en los últimos cinco años, hasta el 2021, estuvo entre el 20 % y el 25 % (la media gallega es del 25 %), aunque el porcentaje incluye no solo las averías, sino también el agua no registrada debido a fraudes y a los contadores con algún problema que marcan consumos inferiores al real. En ese mismo período, Viaqua logró, sin embargo, un ahorro de algo más del 6 % en la captación de agua debido a las inversiones realizadas en la gestión de la red.

Con todo, la obsolescencia de parte de esa red mantiene las averías al orden del día. Las 328 del 2021 suponen un incremento del 17 % con respecto al 2020. Y hasta finales de agosto, el 2022 ya llevaba acumuladas 206. Son casi 26 de media mensual. Pero la cuestión es que esa incidencia no se reparte por igual por la ciudad. Aunque prácticamente ningún barrio se salva de tener algún percance, hay zonas donde la reincidencia es un problema que ya resulta cansino para sus residentes. Y detrás de las averías persistentes está la antigüedad y el material heterogéneo de la red.

El problemático fibrocemento

Aunque actualmente, y sobre todo desde los últimos 25 años, imperan la fundición dúctil (51,7 %) y el polietileno (32,7 %), una parte nada desdeñable de las conducciones todavía se mantienen en fibrocemento, un material desechado para esa función hace tiempo y poco resistente a las fluctuaciones de presión. Y buena parte de las averías se localizan en zonas donde todavía persiste el fibrocemento, presente de forma importante aún en el casco histórico y barrios del norte. Solo el casco monumental, el área empresarial del Tambre y los polígonos residenciales de Vista Alegre, Vite (incluido Guadalupe) y San Caetano sumaron el 42 % de todas las incidencias del pasado año. Y van en cabeza de las de este año, aunque en este caso la zona de Sar-Angrois ya aventaja a la del Tambre, con 22 incidencias, prácticamente el doble que el pasado año.

El casco viejo, no solo la almendra, sino el ámbito incluido dentro de su plan especial, es el más afectado por las deficiencias de la red, en la que también perduran tramos con otros materiales, como hormigón, PVC y fundición gris, aunque su presencia es testimonial (3,5 %). En el 2021 ese ámbito superó las 85 averías (31 lleva este año), por 33 del eje Vite-San Caetano (más de una docena en el 2022) y 18 del área industrial del Tambre (otra docena este año).

Sin alcanzar la incidencia de estos últimos ámbitos ni la de Sar, las zonas de Conxo, Mallou-Meixonfrío, Castiñeiriño, Pontepedriña y O Avío, entre otras con menor casuística —percances también los hay en el Ensanche, que junto con Rosalía de Castro alcanzó la docena el pasado año—, están también entre las que arrastran deficiencias periódicas. Y sin que su zona destaque entre las más problemáticas, la avenida de Salamanca sí aparece con cierta frecuencia en ese mapa de incidencias, al igual que determinadas lugares de parroquias del rural. Las averías conllevan mayoritariamente cortes en el suministro, aunque la concesionaria trata de evitarlos a través de redes alternativas.

Los problemas afectaron a 18.000 abonados y, este año, ya a diez mil

Los listados de incidencias en el servicio tienen calles que no solo se repiten con frecuencia, sino que se reiteran año tras año. Huelga decir que son mayoritarias las del casco viejo, el eje Vista Alegre-San Caetano (incluido Guadalupe) y el Polígono del Tambre, pero incluso entre estas zonas hay calles más sensibles a las deficiencias de la red. Isaac Peral, Faraday y Ptolomeo están entre las habituales en el Polígono del Tambre, aunque en el ámbito de Vite hay otras cuatro en las que no es infrecuente ver a los operarios de Viaqua: Carlos Maside, García Lorca, Blanco Amor y Chan de Curros llevan años en esos listados. Aunque con una reiteración menor, lo que indica que los problemas del ámbito están más repartidos, en el casco viejos destacan últimamente Casas Reais, la zona de San Pedro y Raíña.

Pero, ya sean con mayor o menor frecuencia, detrás de la mayoría de esas averías hay interrupciones del servicio que afectan a los ciudadanos. El año pasado fueron 17.925 los abonados que en algún momento, y en algunos casos con demasiada frecuencia, sufrieron esos percances. Y este ya están cerca de los diez mil.