100 % de condenas en los juicios por violencia machista de Santiago

Tamara Montero
tamara montero SANTIAGO / LA VOZ

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SANDRA ALONSO

El Centro de Información á Muller ha atendido en lo que va de año 785 citas. Las especialistas advierten de que no se puede hablar de incremento o reducción de la violencia, que es estructural. Simplemente, aflora o permanece oculta

20 sep 2022 . Actualizado a las 00:11 h.

En todos los casos que llegaron a juicio hubo condena. La estadística del Consejo General del Poder Judicial sobre la violencia machista deja una tasa de 100 % de condenas en Santiago el primer trimestre del año (últimos datos disponibles). Eso en el partido judicial de Santiago, en el que se celebraron trece juicios. Sumando todos los partidos judiciales que conforman el área de Compostela, solo se ha producido un juicio más, con un absuelto.

Además, entre enero y marzo se solicitaron en los partidos judiciales del área compostelana 47 medidas de protección. Fueron adoptadas tres de cada cuatro de las que se pidieron y en el partido judicial de Santiago, el de mayor número de procedimientos, fueron adoptadas las 27 presentadas.

Los datos son semejantes a los del mismo período del año pasado (incluyendo un 100 % de condenas en todos los partidos judiciales del área compostelana), pero las especialistas advierten de que la estadística es útil, pero a veces distorsiona: la violencia machista es estructural y que haya más o menos casos no significa que aumente o que disminuya. La violencia, simplemente, aflora. O permanece oculta.

Lo explican desde el Centro de Información á Muller de Santiago, que en lo que va de año ha atendido 785 citas. «Ese dato está condicionado por unha serie de variables», explican la psicóloga y la trabajadora social del centro. Entre ellas, por ejemplo, las campañas de sensibilización, que pueden llevar a más mujeres no solo a identificar una situación de violencia, sino a denunciar e intentar salir de ella.

En este momento, y según datos del propio CIM, solo la Policía Local de Santiago hace seguimiento activo con orden de protección a 44 compostelanas. Pero a esos datos hay que sumar también los que están siendo seguidos tanto por la Policía Nacional como por la Autonómica. A 31 de agosto, según los últimos datos publicados del sistema Viogen, en la provincia de A Coruña había 1.948 casos de violencia machista activos. Uno de ellos era de riesgo extremo y otros 18, de alto riesgo.

No se puede hablar de aumento o disminución de la violencia contra las mujeres y tampoco de perfiles concretos ni de agresores ni de usuarias del CIM, porque no existen. Se puede ser agresor o víctima de violencia machista a cualquier edad, con cualquier nivel educativo, y con independencia del nivel económico. Sí es cierto que en lo que va de año, la mayoría de las citas que ha atendido el CIM compostelano son de mujeres entre los 20 y los 50 años de edad. Pero en eso también tienen que ver muchas variables y hablar de un perfil llevaría a invisibilizar una realidad compleja, de diferentes usuarias y que abarca todas las violencias.

¿Hay un itinerario concreto? Tampoco. Se puede recurrir al CIM sabiendo el recurso que se necesita (por ejemplo, asesoría jurídica) o sin saberlo. Las especialistas valoran el caso y se derivan entre ellas: quizá una mujer llegue pidiendo asistencia letrada y acabe también siendo atendida por la psicóloga y la trabajadora social. «Adaptámonos ao que a muller demanda ou precisa».

Lo que hace falta, sobre todo, son recursos. Y personal. «Gustaríanos facer máis intervencións das que podemos facer» y tener capacidad no ya para atender adecuadamente a las víctimas, sino para evitar que lleguen a serlo. La prevención es clave y es necesario también valorar el impacto real de las campañas que se hacen, «en que muda o pensamento».

«Ser vítima non pode definir ás mulleres. Temos que darlles recursos para empoderalas»

«Facemos un labor máis de contención», de dar apoyo a las víctimas que llegan al centro para que la situación se alargue lo mínimo en el tiempo, para reducir en la medida de lo posible la revictimización que supone relatar una y otra vez la situación de violencia a diferentes especialista, y para darles recursos tanto en lo legal, como en lo psicológico y lo social «para que se empodere e poida levar unha vida autónoma».

«Faise un seguimento das mulleres ata que finalizan as medidas de protección e tamén un tempo despois». Pero también hay que saber dar un paso atrás. «Ser vítima de violencia machista non pode definilas. Temos que empoderalas» y así evitar caer en el paternalismo, explican la psicóloga y la trabajadora social. Es decir, darles las herramientas para que puedan ellas mismas buscar los recursos y vivir su vida como ellas quieran y libre de violencia.