Se jubila Miguel, el pediatra de Milladoiro que querían niños y padres

Elisa Álvarez González
Elisa Álvarez SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

cedida

Muy apreciado por compañeros y pacientes, este viernes colgó la bata tras trabajar casi veinte años en este centro de salud de Ames

17 sep 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Habría que preguntarse cuántas familias que ya no viven en O Milladoiro mantienen la tarjeta sanitaria en su centro de salud para que a sus hijos los atienda Miguel. Miguel Fernández Pérez colgó ayer la bata después de casi veinte años como pediatra en esta localidad, una de las poblaciones gallegas con más niños. Hubo lágrimas entre sus compañeros, y seguro las habrá entre algunos padres y madres cuando sepan que Miguel ya no estará el lunes en la consulta.

El primer contacto con este profesional serio y tranquilo nunca era el mejor. Calmado, sin florituras ni carantoñas, Miguel se limitaba a hacer su trabajo y a explicar con detalle todo lo que hacía. Tras el segundo los padres ya sabían que los pequeños estaban en las mejores manos y a partir de ahí, si lo decía Miguel, no había más que añadir.

Entendía a los niños y entendía a los progenitores. Entendía el dramatismo del padre novato y de la madre preocupada. Tranquilizaba mucho. Explicaba mucho. Escuchaba. No subestimaba lo que decían los nerviosos acompañantes. Hacía exploraciones concienzudas. No era amigo de las prisas ni de medicar a la primera de cambio: «vamos a esperar», decía. Tampoco de derivar inmediatamente al hospital. Sin embargo, era el primero en ver lo que otros no veían.

Porque Miguel era la perfecta definición del ojo clínico. Ese profesional que tras estudiar síntomas e historial aplica conocimiento y experiencia a partes iguales, para hacer un diagnóstico a medida. Porque la medicina no es una ciencia exacta. En las consultas dos y dos no siempre son cuatro. Se va Miguel y en el centro de salud de O Milladoiro quedan grandes profesionales. Que lo echarán de menos. Como lo echarán de menos las madres, como lo echarán de menos los niños.