Montar a caballo, una yincana por la ciudad o un «escape room»: así se despide la soltería en Santiago

Agosto es uno de los meses más elegidos para celebrar las bodas y, por ello, la época por excelencia para las despedidas de soltero. Un fenómeno, con especial tradición en la capital gallega, que vivió su parón durante la pandemia. Sin embargo, el negocio vuelve con más fuerza que nunca, aunque con tendencias renovadas. Desde las cenas habituales, hasta un abanico de actividades y experiencias para todos los gustos que huyen de los convencionalismos, sin renunciar a las noches de desenfreno al más puro estilo Las Vegas. Y es que poco queda ya de las celebraciones más clásicas con las que las parejas cerraban una etapa antes de compremeterse.

Las prácticas al aire libre son los planes en auge. «Cambió un poco la forma de organizarlas, antes se hacían muchas fiestas, cenas y shows, pero ahora la gente opta por el ocio y la aventura», explica Kike Ferrín, gerente de la agencia Aventuras en Galicia, en la rúa Xelmírez, con 15 años de experiencia en el sector. Precisamente, una de las más elegidas por los compostelanos es la ruta de los caballos de Brión, «un recorrido ideal tanto para iniciarse en el mundo de la equitación como para simplemente adentrarnos en la naturaleza». La canoa canadiense, en el río Tambre, es otra de las experiencias que se puso de moda en los últimos meses. Sin embargo, las balsas que descienden por el Ulla, en el tramo de Ponte Sinde a Herbón o en la zona de Ponte Gundián, ganan cada vez más adeptos. «La actividad estrella sigue siendo el rafting y, como está cerca de Santiago, mucha gente que es de aquí o está alojada la escoge», concreta.

Aunque la demanda está igualada, las preferencias de solteros y solteras tienen sus diferencias. «Los chicos suelen apostar por un opciones de motor, mientras que las chicas suelen escoger alternativas más tranquilas». En cambio, también hay quien se decanta por las que se organizan en conjunto. «En este caso los shows no se suelen hacer y, si se hacen es más para echarse unas risas, como la opción de camarero infiltrado que lo contratan los amigos o los propios novios para la despedida o incluso para la boda». El verano supone para ellos una reactivación que ya vienen notando justo «después de la pandemia porque hubo un bum». Pero el desembolso económico también se resiente, pues «antes gastaban en torno a 100 o 120 euros por persona con cena, alojamiento y actividad, pero ahora la gente mira más el presupuesto y coge una actividad más sencilla», detalla.

Sesiones de foto o picnis por la ciudad

En Despedidasengalicia.es, que gestionan este tipo de celebraciones por toda la comunidad a través de su web desde hace ya una década, notaron principalmente cambios en el estilo y en la elección de las ubicaciones. «Hace años la gente prefería trasladarse a ciudades como Vigo o Sanxenxo, ahora optan más por ir a pueblos donde hay más actividades que están adaptadas y buscan una exclusividad en el entorno», explica Borja Rivas, el gerente. Aunque la variedad de opciones es una de sus señas de identidad, pues ofrecen más de 1.500 planes, reconoce que la tendencia en la capital autonómica es bastante clara, especialmente entre mujeres. «Lo que se está contratando más son las yincanas urbanas y las sesiones de fotos, todo ello complementado con cenas con show al caer la noche». Mientras que ellos «se siguen decantando por actividades grupales de toda la vida, donde están en un ambiente competitivo, como el karting o el paintball».

Disfrutar de los enclaves de Compostela y de la naturaleza en un pícnic es otra de las opciones más demandadas, dice: «Le preparan a la novia de manera sorpresa un tipo de comida, buscando normalmente una temática». Llevan gestionando cientos de propuestas desde el mes de marzo que se mantienen hasta finales de septiembre, unas celebraciones en las que perciben que la gente no tiene problema en gastar. «Igual cogen menús de precios más elevados de 40 y 50 euros y se encuentran en un salón increíble, con todas las comodidades, con platos preparados por grandes chefs y lo complementan con espectáculos de gran nivel, por lo que nuestros clientes suelen quedar encantados», detalla Rivas.

Juegos de escapismo como alternativa

El carácter lúdico es también protagonista en Eskapark Compostela, en la avenida Rosalía de Castro, donde defienden que el escape room es «una opción divertida y con una dosis de competición que puede animar esa especial reunión de amigos» y, en las despedidas, hacer que el novio o la novia se olvide de los preparativos planteándole un reto que le disparará la adrenalina. «Levamos xa anos ofrecéndoa como unha alternativa novidosa ás despedidas e gusta moito», explica Eduardo Coto, el encargado. El atrezo o los disfraces que «moitos xa traen da casa, mesmo en pleno verán co calor que fai» y que ellos esperan recuperar cuando bajen los termómetros, aportan realismo a una actividad que tiene modalidades en función de los gustos y la complejidad.

«Nós temos catro xogos, o cárcere de Alkatraz, a mazmorra medieval, a caixa diabólica na que hai algún susto e o laboratorio de Orixe». Aunque son opciones de temáticas distintas, resolver los acertijos y vencer al tiempo, pues la intención es poder escapar en 60 minutos, son los objetivos en todas ellas. El de la cárcel de Alcatraz suele ser el más demandado por aquellos que se animan a probar el escapismo, pero no tienen experiencia. «En teoría é de nivel medio, os demais son algo máis complicados, pero adoitan enganchar, o que vén unha vez volve». Unas opciones que también convencen a los que quieren despedir su soltería, especialmente, entre las chicas porque «tamén xogan máis en xeral elas» y que tienen como parada casi imprescindible pasar por el photocall para inmortalizar la experiencia.

Despedidas a bordo

Sin embargo, también hay quien opta por cambiar de aires y se decanta por hacer alguna pequeña escapada. «En verano tiran cada vez más hacia las zonas de costa y playa, hacia Sanxenxo y Vigo, sobre todo para alquilar veleros», explica Roberto Hortas, gerente de Infinita Viajes, en la avenida de Rosalía de Castro. Su despedida Pirata es una de las que triunfa. «Van hasta las islas Ons en barco y cenan allí y hacen una fiesta». Y es que, aunque «se dejaron de hacer bastantes durante la pandemia al posponerse muchas bodas», despedir la soltería a bordo ya se ha convertido en una de las experiencias más demandadas en los últimos años, especialmente para el grupo de la novia que «busca más tranquilidad». Fuera de la comunidad, Canarias y Mallorca son los destinos más solicitados en la agencia, donde también tienen alternativas de ocio para los no quieren desplazarse. Una jornada de rafting o paintball cerca de Compostela son las que más gustan, sobre todo «en primavera y otoño que son las temporadas en las que se organizan más en Santiago».

Las reservas se concentran durante los fines de semana. «Suelen empezar el viernes y se quedan hasta el sábado y mucha gente también aprovecha las celebraciones, por ejemplo, tuvimos unos clientes que fueron a la Festa do Boi en Allariz». Sus alternativas se mueven en un amplio rango de precios «desde unos 50 o 60 euros con cena y alguna actividad y otras a partir de los 300 euros, al sumar las reservas de hotel». Pero notaron que, en general, los presupuestos más elevados son los más elegidos porque «antes había personas que igual tenían cinco despedidas a lo largo del verano, pero ahora tienen muchas menos y entonces prefieren hacer una más completa», detalla Hortas.

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