Refugiados de Santiago y Lalín celebraron una fiesta en el Día de Ucrania

Exactamente seis meses después del inicio de la invasión de Ucrania por parte de Rusia, refugiados de aquel país que residen en Santiago y Lalín se unieron para celebrar el Día de Ucrania, con actividades a partir de las 14 horas en el Centro Europeo de Peregrinación Juan Pablo II, en el Monte do Gozo, que acoge a 42 personas desde marzo. A ellos se unieron otros refugiados de la ciudad y una veintena llegados desde Lalín, hasta completar un grupo de un centenar de personas. Sobre la mesa se amalgamaron platos típicos de la cocina gallega como la empanada con otros de la gastronomía ucraniana, como vareniki (una pasta rellena de repollo) o unos bollos de manzana de postre, más fáciles de degustar que de pronunciar.

Las banderas azules y amarillas decoraban el Monte do Gozo, y eran colores que se repetían en las diademas de mujeres y niñas, en lazos en las solapas y en los globos que decoraban el escenario en el que un grupo musical interpretó varias canciones, con el acompañamiento del violín. Los niños del albergue cantaron el tema Stefania, con el que Ucrania se alzó con el triunfo en el último festival de Eurovisión. Y todos en pie entonaron el himno de Ucrania, con especial emoción en la distancia, mientras la guerra se eterniza en su patria.

Por la tarde, un grupo de los participantes inició la caminata desde el Monte do Gozo hasta la Catedral, para asistir a una misa en la que se contó con la presencia del arzobispo de Santiago, monseñor Julián Barrio. Los mayores optaron por bajar en autobús y en coche, para acceder al templo a través de la Praza da Inmaculada. Los caminantes vivieron momentos emotivos en las calles compostelanas, como al encontrarse con una peregrina de Ucrania, relataba el presidente de Nenos de Ucraína e Galicia, Enrique Iglesias. El cooperante subrayaba la intensidad de una jornada con los sentimientos a flor de piel, en la que participó también el director de Cáritas Diocesana, José Anuncio Mouriño.

En la eucaristía se leyó, en castellano y ucraniano, una invocación al Apóstol Santiago. La invocación de unos refugiados que llegaron a Galicia en el mes de marzo, con el deseo de regresar a su tierra lo antes posible. Entonces, la esperanza estaba puesta en una contienda corta. Medio año después, la destrucción del país es enorme, y la fecha de regreso es una incógnita tan grande como el desenlace de la guerra.

Pero ayer en Santiago resonó un unánime Slava Ukraini! (¡Gloria a Ucrania!), con Raxoi iluminado en azul y amarillo.

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