Operó así los vuelos de Fuerteventura tras anular los de Madrid
17 ago 2022 . Actualizado a las 05:00 h.Ryanair encontró ayer una solución para evitar la cancelación de los vuelos matinales de ida y vuelta entre Santiago y Fuerteventura por el paro de los tripulantes de cabina. Después de que los sindicatos convocantes —USO y Sitcpla— dieran por hecho que ese enlace iba a quedar anulado, finalmente la aerolínea pudo operarlo. El vuelo partió de Lavacolla con casi cuatro horas de retraso respecto al horario previsto —estaba programado para las 10.15 y despegó a las 14.07— y gracias a la contratación de tripulación francesa. Así lo denunciaron los sindicatos, que imputaron a la compañía «un nuevo caso de esquirolaje, saltándose el derecho a la huelga».
Previamente, ya había sido cancelado el primer enlace de la mañana con Madrid, el que sale del Rosalía de Castro a las 6.50. Aunque el balance de anulaciones se limitó a esa doble conexión matutina de ida y vuelta con Barajas, la segunda jornada de esta nueva semana de paro de los tripulantes de Ryanair en este mes de agosto dejó retrasos de mayor o menor dimensión en todos los vuelos que opera en el aeropuerto de Santiago.
El más significativo afectó al pasaje de esa conexión con Fuerteventura que la aerolínea irlandesa logró operar cuatro horas más tarde de lo previsto. En el resto de vuelos, las demoras rondaron la hora o la superaron ligeramente. Así sucedió con el enlace con Bolonia, que debía partir de Lavacolla a las 14.20 y que despegó con 75 minutos de retraso. Los vuelos con destino a París, Londres y Valencia acumularon entre 51 y 54 minutos en su salida de la terminal compostelana.
Pese a la cancelación del enlace con Madrid, Ryanair se reafirmó en que no espera «interrupciones» en los vuelos programados en agosto y septiembre. Acusó a los sindicatos convocantes de representar «a una pequeña parte de nuestros tripulantes de cabina españoles» y sostuvo que las huelgas organizadas en junio y julio «han tenido poco o ningún impacto en los vuelos de Ryanair». La oficina de la aerolínea irlandesa en Lavacolla tuvo ayer más actividad de la habitual.