El segundo día de paro de Ryanair deja diez vuelos retrasados en Santiago

La Voz SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

Sandra Alonso

Al igual que en la jornada del lunes, tampoco se registró en Lavacolla ninguna cancelación

10 ago 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

La tercera tanda de la huelga de los tripulantes de cabina de Ryanair en lo que va de verano sigue causando retrasos en los vuelos con origen o destino en Lavacolla, el único aeropuerto gallego en el que opera la aerolínea irlandesa. Ayer, durante la segunda jornada de paro, se registraron demoras en diez enlaces con procedencia o llegada a Santiago, aunque, como en la víspera, tampoco se produjeron cancelaciones. Sí hubo dos a nivel nacional, entre los aeropuertos de Barcelona y Londres (Stansted).

A diferencia del lunes, el primer día en el que los trabajadores de Ryanair estaban convocados al nuevo cese de actividad, los retrasos en Lavacolla afectaron ayer a las conexiones internacionales que opera la compañía. El vuelo con destino a París despegó con más de dos horas de retraso, los que se dirigían a Bolonia y Bruselas salieron casi una hora después de lo previsto. También sufrieron largas esperas los usuarios de los enlaces con rumbo a Tenerife, Málaga y Valencia. Asimismo, en la capital gallega aterrizaron más tarde de lo programado otros tres vuelos.

En el caso de Lavacolla, los servicios mínimos establecidos por el Ministerio de Transportes para lo que queda del mes de agosto son del 85 %, pero la aerolínea no prevé ninguna cancelación en Santiago durante los próximos días, aunque sí se espera que se sigan produciendo retrasos.

Sin acuerdo

El de este mes es el tercer paro de los tripulantes de cabina de la aerolínea irlandesa desde junio. La huelga, convocada por los sindicatos USO y Sitcpla, es la más larga a la que han sido llamados los empleados de la compañía en lo que llevamos de año, ya que está previsto que se alargue hasta el 7 de enero de 2023 en caso de no lograr un acuerdo. Así lo explicó la representante sindical de USO-Ryanair en Santiago, Laura Caballero, que defendió que los trabajadores quieren que el paro dure «lo menos posible» y que quedará desconvocado en cuanto la empresa acceda a sentarse a negociar con ellos. Entre sus reclamaciones, los tripulantes de cabina solicitan que Ryanair cumpla los derechos laborales básicos estipulados en el Estatuto de Trabajadores, algo que, aseguran, no se está produciendo, porque muchos no llegan a cobrar el salario mínimo interprofesional.

Por su parte, la aerolínea se niega a pactar un convenio propio escudándose en que USO tan solo representa a «una pequeña parte» de sus trabajadores. Argumentan, además, que los paros han tenido «poco o ningún impacto» en los vuelos operados, porque la mayor parte de sus empleados están amparados por Comisiones Obreras, sindicato con el que recientemente han llegado a un acuerdo laboral.