El comercio de Santiago ante el plan de ahorro energético: «Tememos que sin luz aumenten los robos»

Lucía Blanco SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

A pesar de la entrada en vigor del plan de ahorro energético, la Catedral se mantiene iluminada.
A pesar de la entrada en vigor del plan de ahorro energético, la Catedral se mantiene iluminada. Paco Rodríguez

El sector denuncia una mayor inseguridad al tener que apagar los escaparates a las diez de la noche

11 ago 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Con resignación. Así es como la mayoría de locales comerciales y establecimientos de hostelería de Santiago afrontan las nuevas medidas del plan de ahorro y eficiencia energética, que entró en vigor la madrugada del martes al miércoles. La regulación de la temperatura y el apagado de escaparates a partir de las diez de la noche fueron las primeras obligaciones que ya provocaron una cierta incomodidad entre el sector servicios. «La gente te pide poner el aire más alto y no puedes», explicaban desde el restaurante Green, en la rúa Montero Ríos. Y es que aunque los bares y restaurantes pueden bajar el aire acondicionado hasta los 25 grados, la nueva normativa implicó para la gran mayoría ajustar el termostato, una acción que afecta directamente a los clientes. «Si le bajáramos dos o tres grados la gente estaría más a gusto», cuenta el gerente del establecimiento.

En cuanto a las excepciones que incluye la norma, los centros deportivos y los gimnasios son unos de los espacios que no deben cumplir con los límites de temperatura exigidos. «No tendría sentido aplicarla en un espacio en el que hay gente haciendo ejercicio constantemente», apuntan los trabajadores de Central Gym, ubicado en la rúa Santiago de Chile. En su caso, cuentan con sistema de climatización para mayor comodidad de los usuarios del centro, aunque «lo ponemos poco porque tenemos suerte y el local es bastante fresco», destacan.

Otro de los sectores exentos de la obligatoriedad de ajustar la temperatura son las peluquerías, para las que no tener que cumplir con la medida supone un auténtico alivio. «No nos afecta y menos mal porque estás trabajando con fuentes que emiten calor todo el tiempo», destacan desde Barbanosa peluqueros, en la rúa República Arxentina. El sistema de aire acondicionado es para ellos imprescindible tanto para trabajar como para la mayor comodidad de los propios clientes, especialmente en verano. Además, cuentan con un sistema de cierre de puertas automático que evita el despilfarro energético por las fugas de aire o calor, por lo que el desembolso que tendrían que hacer algunos negocios para incorporar los cierres exigidos antes del 30 de septiembre tampoco les afecta.

En Illodo Peluqueros, en la rúa de Frei Rosendo Salvado, la postura es semejante. «Si nos ponen un límite teniendo en cuenta que estamos con fuentes de calor directa, complicaría mucho el trabajo». Para ellos, el apagado de escaparates es la medida de mayor impacto, pues es un «gran atractivo para los negocios y también para las calles», concreta Sergio, el dueño. Precisamente, esta última norma es una de las que más afecta al sector comercio ya que provocará cambios en la rutina de muchos propietarios, como en el caso de Víctor, dueño de Álvaro Hogar, en la rúa de Frei Rosendo Salvado, que tendrá que adelantar el apagado de su escaparate. «A mí el nuevo plan poco me perjudica porque no tenemos aire, lo único que antes apagábamos el escaparate sobre las 23.00 horas y ahora lo adelantaremos, aunque a esas horas poca gente pasa».

Sin embargo, otros comerciantes no son tan optimistas y están preocupados por las consecuencias del plan de choque de ahorro y gestión energética de cara a las próximas temporadas. «Aunque ahora en verano es suficiente, durante los meses de invierno sí que a va a ser un auténtico problema, porque a esa hora ya es de noche y no hay luz, y los escaparates siempre dan vida a la calle», explica Javier, propietario de Bonino zapatos y complementos, en la rúa de Alfredo Brañas.

«Al apagar el escaparate perdemos un reclamo»

«A nosotros la calefacción no nos afecta, porque no la usamos, pero el aire sí, estos días de calor es imprescindible», explican en Illodo Peluqueros. Por lo que no tener la obligación de mantener el aire acondicionado a 27 grados les deja respirar tranquilos. En su caso, es el apagón del alumbrado del escaparate a partir de las 22.00 horas la medida que más preocupa. «Tengo fachada y tengo luces y ahora a las diez aún es de día, no tiene sentido apagarlas cuando aún no se hizo de noche», detalla Sergio, propietario del establecimiento, Y es que, como para muchos otros negocios, las vitrinas son «un reclamo muy importante porque la gente sale a pasear y se fija, al final son un gran atractivo tanto para las calles como para toda la ciudad en general», concluye.

Las peluquerías son uno de los negocios exentos del límite de temperaturas.
Las peluquerías son uno de los negocios exentos del límite de temperaturas. Sandra Alonso

«La falta de luz provoca inseguridad a los comerciantes»

Debido al impacto económico que podría suponer el apagón de los escaparates, la medida cayó como un jarro de agua fría para el comercio tradicional. «La gente siempre pasea y mira, pero así es que no puede», señala Paula, empleada de la boutique infantil Lunares en Mayo en Alfredo Brañas. En el local no cuentan con sistema de climatización, por lo que para combatir el calor, especialmente durante acciones diarias como el planchado de las prendas, tiran de ventiladores. La sensación de inseguridad en los barrios al contar únicamente con alumbrado público es su principal preocupación. «Nos perjudica tanto a vecinos como a trabajadores, porque con los robos que hubo en las joyerías, tenemos miedo que aumenten, porque al no haber luz es más fácil que entren», añade.

El comercio alerta de una mayor inseguridad al apagar los escaparates.
El comercio alerta de una mayor inseguridad al apagar los escaparates. Sandra Alonso

La Catedral continúa iluminada

Los edificios públicos y los monumentos también están afectados por la normativa con la que se pretende reducir rápidamente el consumo de energía. En el caso de las instalaciones administrativas y judiciales de la ciudad, en las que también rigen los 27 grados de temperatura como máximo, la Xunta de Galicia ya aplica el apagado exterior de estos espacios a partir de las 22.00 horas desde el pasado lunes. En cambio, las normas con respecto a la limitación de la iluminación de los edificios más emblemáticos tuvieron como resultado diferentes actuaciones por parte de los distintos concellos de la comunidad. Mientras la Muralla y la Catedral de Lugo se apagan, la Catedral de Santiago permanece encendida. Una decisión que también concuerda con la demanda de los vecinos que solicitan más iluminación.