Kike Varela partió de cero con una pequeña mesa de mezclas y sus temas acumulan ya más de un millón y medio de reproducciones
26 jul 2022 . Actualizado a las 07:50 h.Ni siquiera llega a la treintena y ya lleva más de media vida pegado a un set de disyóquei. Kike Varela (Santiago, 1996) comenzó a interesarse por la música electrónica con solo 12 años, escuchando una emisora que transmitía tecno las 24 horas del día. «A raíz de ahí empecé a investigar, a descubrir a más artistas y a conocer lo que era la figura del disyóquei», recuerda. No tardó en adquirir su propio equipo para saciar la curiosidad y empezar a pinchar por su cuenta. Con 15 ya había ahorrado lo suficiente como para comprar su primera mesa de mezclas, y a partir de ese momento la afición se convirtió en pasión. Aprendió de manera autodidacta, y a los pocos meses recibió una llamada para animar la sesión light de la Sala Moon, en Compostela. Fue la primera de muchas, porque la calidad de sus pases captó la atención de los gerentes de más discotecas, que quisieron ficharlo como disyóquei residente. Llegó a tener que compaginar sus estudios en Administración y Dirección de Empresas con sesiones nocturnas que acababan a altas horas de la madrugada. «Empecé a pinchar en pubs más frecuentemente, incluso todas las semanas. Algún año estuve tocando todos los miércoles, jueves, viernes y sábados», afirma. Pero ni siquiera la dificultad que le supuso tener que compatibilizar trabajo y formación «toda la vida» frenó sus ganas de seguir creciendo en el panorama musical. Aunque siempre tuvo claro que llegar a ser una cara conocida en el mundo de la electrónica sería «muy difícil», no dejó de intentarlo. Y los sacrificios dieron sus frutos. De pinchar en pequeños clubes de Santiago pasó a hacerlo en espacios con más aforo, como la Sala Pelícano, en A Coruña, y posteriormente dio el salto internacional. «El punto de inflexión fue en el 2018, cuando un festival de Portugal, el Nova Era Beach Party, preparó un concurso a través del que se seleccionaba a un disyóquei no profesional para abrir las actuaciones. Me presenté y lo gané», cuenta Varela. En el Nova Era compartió cartel con otros disyóqueis de prestigio a nivel mundial, como Dimitri Vegas & Like Mike, Timmy Trumpet o Steve Aoki. A partir de entonces su carrera se aceleró: empezó a pinchar fuera de Galicia y a desarrollar su faceta como productor, creando ocho temas propios y llegando a acumular un millón y medio de reproducciones en Spotify. El éxito del santiagués es tal que hasta artistas de la talla de Nicky Romero o Yves V han mostrado apoyo a su proyecto musical. ¿Y cuáles son los planes de Varela de cara al futuro? «Cuando empecé no me esperaba lograr lo que he conseguido hasta ahora, así que seguiré trabajando para llegar lo más lejos posible», concluye.
Estreno musical
El músico compostelano Alfonso Espiño presentó ayer su nueva canción, Deitado na area, coincidiendo con el día grande de las Festas do Apóstolo. El sencillo, que evoca el recuerdo de un verano familiar en la costa, es un adelanto del elepé de doce temas que el cantante está grabando junto a su grupo, Espiño, y pretende transmitir a los oyentes «naturalidad, alegría e vibracións positivas». A la voz y al bajo del artista se unen la guitarra de Brais Sánchez, el teclado de Ale González, la batería de Fran Facal y la trompeta de Álvaro Crego. Deitado na area contará también con un videoclip dirigido por Román Gutiérrez.
Deportistas de éxito
El alcalde de Santiago, Xosé Sánchez Bugallo, y la concejala de Deportes, Esther Pedrosa, recibieron el viernes en la Casa do Concello a la delegación de jóvenes deportistas que formaron parte este año de los Xogos do Eixo Atlántico, celebrados en Maia (Portugal) del 4 al 8 de julio. La comitiva compostelana está formada por diez técnicos, capitaneados por Amancio Pena, y por 47 deportistas, que compitieron en las categorías de natación, atletismo adaptado, fútbol 7 y baloncesto. Los participantes lograron alzarse con la victoria en varias de las pruebas, y los equipos masculino y femenino de baloncesto, así como el masculino de fútbol 7, regresaron a casa con la medalla de oro colgada al cuello.