#tristificación

Carlos Debasa PRESIDENTE DE LA ASOCIACIÓN GALEGA DE INMOBILIARIAS

SANTIAGO

25 jul 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Aveces se nos olvida lo que es ser habitante de Compostela. Pudiendo vivir en cualquier lugar del planeta, la (inmensa) fortuna hizo que muchos de los que ahora leen esto se despierten cada día escuchando la fina lluvia con la que se amanece tantas veces en Santiago. Hizo que caminemos, serpenteando entre soportales, hasta el trabajo (sí, en Compostela podemos), teniendo siempre en el rabillo del ojo alguna de las torres de nuestra, ya de todos, venerada Catedral. Saludar al panadero, después de tantos años, como si fuera de la familia, cruzarnos con estudiantes que van (o vuelven) de algunos de sus lugares favoritos, recorrer el Franco para tomarnos los vinos, comprar en la plaza...

A veces se nos olvida que esto es un regalo, envidiado por cualquiera que lo conoce y deseado por todos los que lo han visto alguna vez.

A veces se nos olvida que si no lo protegemos, acabaremos perdiéndolo. No solo nosotros, toda la humanidad (Unesco dixit).

Nuestra generación no puede ser la responsable de convertir un lugar ancestral, mágico y feliz en un parque temático preso de suvenires, paraguas seguidos de cámaras de fotos y hordas poco o nada respetuosas, sin valorar lo que les rodea.

Aun así, que nadie se equivoque: en Compostela todo el mundo es bienvenido. Llevamos siglos haciéndolo y así seguirá siendo en el futuro. El turismo es y será una fuente de riqueza y de ingresos para la ciudad de la que solo podemos estar agradecidos. Cualquier negocio a su alrededor es tan lícito como cualquier otro.

También las VUT.

Pero créanme lo que les digo: Si despojamos a Compostela de su alma, de sus ciudadanos, de su vida, de su encanto... Nadie querrá visitarnos. Si cambiamos ultramarinos por lavanderías autoservicio, viviendas y vecinos por alojamientos para gente que viene y va... que no le quepa duda a nadie, acabaremos convirtiéndonos en un lugar gris, triste y hueco.

Estamos a tiempo de evitar la #tristificación de Compostela. Solo hay que regular y poner orden en lo que se nos ha ido de las manos. Y además, sorpréndanse, (ahí están las últimas manifestaciones) por una vez, de forma histórica, vecinos, colectivos profesionales, políticos.... estamos de acuerdo.

Así que hagámoslo bien. Está en nuestra mano.