Cáritas atendió en el 2021 a 40.557 personas, de las que un 55,6 % fueron mujeres y un 58 %, nacionales

Emma Araújo SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

PACO RODRÍGUEZ

La entidad presentó su memoria alertando de los graves problemas que implicará la elevada inflación para los más vulnerables

23 jun 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Cáritas Diocesana de Santiago atendió durante el año pasado a 40.557 personas. De ellas, un 55,6 % fueron mujeres mientras que el 58,37 % del total corresponden a demandantes de nacionalidad española. Completan la estadística un 33,85 % de personas de origen extracomunitario y solamente un 4,4 % de países de la Unión Europea. En el segundo grupo está incluidos los refugiados de Ucrania, de los que 43 (mujeres y niños) viven en estos momentos en el albergue del centro de peregrinación del Monte do Gozo.

Este cruce de cifras confirma que «a pobreza ten cada vez máis rostro de muller», según evidenció el director diocesano Anuncio Mouriño en la presentación del balance de gestión del año pasado, en el que se produjo un descenso en el número total de personas atendidas respecto al 2020, en el que el impacto de la pandemia fue mayor. También reconoce Cáritas que el sistema de tarjeta monedero establecido por la Xunta sí ayudó a muchas personas, mientras que el modelo de renta básica tiene más dificultades de éxito porque los requisitos exigidos son difíciles de cumplir, ya que las situaciones de precariedad provocan que las personas vulnerables acepten contrataciones irregulares y alquileres no reconocidos por los propietarios.

El informe de Cáritas confirma que la franja de edad que más necesita apoyo social, con un 44 % del total, corresponde a personas de entre 36 y 65 años frente al 14 % de entre 13 y 25 años. El resto de demandantes se reparten entre un 5,5% de mayores de 66 años y un 13,2% de menores de entre 12 y 17 años de edad.

Las personas sin ingresos son las que mayoritariamente recibieron algún tipo de ayuda de Cáritas, con un 64,2% del total. Sobre este último grupo, Cáritas alerta de que se está creando una «tormenta perfecta» para el desequilibro socioeconómico por el crecimiento de la inflación, que merma la capacidad de las personas más necesitadas para adquirir alimentos y para afrontar el pago de alquileres, sobre todo en una ciudad como Santiago. A este respecto, Mouriño avanzó que ahora ya tienen que ayudar a «traballadores pobres» ya que, destacó, «a inflación si entende de clases e golpea duramente á xente que non ten para vivir do seu traballo».

Uno de los datos que revela este problema es el incremento de las partidas que Cáritas utiliza para ayudar en el pago de alquileres y servicios básicos, un importe que el año pasado ascendió a 468.928 euros. En cuanto a las ayudas concedidas en el 2021, Cáritas tramitó 437, lo que supuso un desembolso de 282.321 euros, mientras que en el 2020 el importe fue de 197.725 euros distribuidos entre 312 ayudas para múltiples conceptos. Una de las partidas que más sube es el gasto en alimentos, con importantes ayudas de Cáritas de Santiago a otras agrupaciones de la entidad.