Ana González: «Los ojos son los grandes olvidados»

Elba de la Barrera Agulló
elba de la barrera FERROL / LA VOZ

SANTIAGO

CESAR TOIMIL

En verano resulta clave emplear unas gafas de sol con buen filtro para su protección, indica la directora del Instituto Gallego de Cirugía Ocular

20 jun 2022 . Actualizado a las 14:23 h.

Según el informe de la visión que la Organización Mundial de la Salud (OMS) publicaba en el 2020 hay aproximadamente unos 2.200 millones de personas que sufren algún tipo de problema ocular en el planeta, de los cuales unos 1.000 millones podrían haberse prevenido, según se desprende del estudio. Con la llegada de la temporada estival son muchos los que cambian las pantallas de los ordenadores de aulas y oficinas por jornadas de playa, piscina y chiringuito. Aunque pueda existir la creencia de que la vista se tomará también un merecido descanso vacacional, según detalla la directora del médica del Instituto Gallego de Cirugía Ocular, emplazado en Ferrol, Ana González, es necesario tener en cuenta que los ojos necesitan protección y que son una «parte esencial de nuestra vida».

—¿Estamos concienciados sobre la importancia de proteger la vista en verano?

—Es mi guerra personal, los ojos son los grandes olvidados en verano. Su protección, al igual que la de la piel, es fundamental. Hay

enfermedades de fondo de ojo, como la degeneración macular , que tiene relación con la radiación solar y es acumulativa. Somos conscientes de que es importante usar protección solar, pero no tanto de que hay que cuidar la vista.

—¿Cuál es el principal aliado para esos cuidados?

—Sin duda, la elección correcta de las gafas de sol. Hay que asesorarse con un experto y decantarse por un buen filtro. Además, en Galicia es importante no emplear un tono de gafa muy oscuro, ya que la clave está en la comodidad. Deberíamos sentirnos casi como si no las lleváramos. Hay personas que interpretan que solo es necesario usar gafas de sol cuando vamos a la playa o si el día es muy soleado. Te las debes poner también en invierno para protegerte.

—¿Es necesario optar por un modelo de gafas polarizadas?

—Eso es más subjetivo, a mí me gustan más porque quitan los brillos. Lo que tenemos que tener claro es que la gafa va más allá de ser un complemento de moda, es una inversión en salud y las opciones son múltiples, como por ejemplo, las gafas fotocromáticas, que se adaptan al tipo de luz de cada momento. Con un buen mantenimiento suele ser un producto duradero en el tiempo.

—¿Sería necesario que los más pequeños las empleasen?

—Sin darte cuenta, ya estás incurriendo en el error. Nadie cuestiona que hay que utilizar protector solar con los más pequeños, y con los ojos es igual. Una alternativa sería emplear una gorra para ejercer de barrera, pero ya sabemos que a ciertas edades son reticentes a usarlas.

—¿Algún elemento más a incorporar a nivel prevención?

—Los lubricantes para los ojos son también importantes porque los aires acondicionados afectan mucho. La lágrima artificial protege el ojo y lo hidrata, haciéndonos menos susceptibles a ciertas patologías. Es interesante también incorporar suero fisiológico a la bolsa de la playa para poder actuar para evitar daños en la córnea si nos entra una arena en el ojo.

2.200 millones

Personas con patologías

El informe de la visión eleva a esta cifra los problemas a nivel global en materia ocular.

1.000 millones

Casos que podrían prevenirse

El 45,46 % de los casos podrían haberse prevenido a tiempo, según ese estudio.

El estrés, principal causa de la pérdida femenina del cabello

El Instituto Gallego de Cirugía Ocular, emplazado en Ferrol, estrenaba el pasado mes de marzo una nueva unidad médico-capilar. Desde entonces, en el centro (calle de la Tierra, 26) han detectado que «la respuesta está siendo muy buena porque era la primera clínica en Ferrol con estas infraestructuras», y afirman que ya se ha empezado a ver «evolución». Los profesionales de las peluquerías de la comarca han podido comprobar de primera mano cómo funcionan los distintos servicios y técnicas que se ofrecen para poder derivar directamente a aquellas personas susceptibles de precisar una valoración inicial. Ana Villegas, especialista en Medicina del Trabajo y máster en Medicina Estética y Tricología, es la persona que se sitúa al frente de este servicio, que incluye la realización de trasplantes capilares. A pesar de que este tipo de pacientes se suelen asociar a un público mayoritariamente masculino, Villegas explica que ha habido días en los que ha visto a más mujeres. Los motivos de las consultas, en cuanto al público femenino, acostumbran a estar relacionadas con factores diversos como el estrés, cambios hormonales, etc.

La mesoterapia y los tratamientos por «vía tópica y oral» son algunas soluciones que se proponen en estos casos. En el Instituto Gallego de Cirugía Ocular exponen que muchos de los pacientes a los que han atendido en estos meses han llegado «desesperados y después de haber experimentado con todo tipo de soluciones, que suelen ser costosas». De este modo, Villegas defiende que ante signos claros de alerta es importante ponerse «en manos de un equipo profesional».

«No hay soluciones milagrosas»

«Hay que destacar que estas actuaciones no son milagrosas y es importante que la gente entienda que el ciclo del pelo es lento y el proceso se puede prolongar entre 12 y 18 meses», detalla la profesional al frente de la unidad. «Es necesario que se establezca una relación de confianza entre clínica y paciente para poder realizar un seguimiento adecuado, en caso contrario es complicado actuar con eficacia», reflexiona Villegas. En el centro cuentan con «un área quirúrgica para que la esterilidad sea todavía mayor» y poder crear un «ambiente seguro» en el que el «paciente se sienta cómodo», destaca.

Los varones son los clientes que más se predisponen para la aplicación de la técnica del injerto capilar. «Tratamos casos de alopecia, en los que es importante la prevención. Hay que acudir a la clínica cuando el problema es incipiente para poder retirar el pelo de una zona e implantarlo en otra», determina Villegas.

«Los patrones y los grados son distintos y hay que valorar las opciones de cada caso de manera individualizada», expone. Por ello, en la primera consulta con los pacientes se realiza un análisis de los antecedentes o un estudio tricoscópico que «permite determinar el estado exacto del cabello» para poder establecer un «diagnóstico» sobre las causas de la pérdida de pelo.

«Nos hemos encontrado con casos en los que la solución era muy sencilla, pero la persona afectada había optado por la compra y empleo de productos de manera autónoma. Hay que tener en cuenta que son elementos cosméticos que aportan luz y brillo, pero no permiten atajar el problema», sentencia.

«Lentillas, cloro y salitre son incompatibles. Hay que usar gafas de piscina»

Además de proteger la vista de la exposición solar, existen otra serie de elementos que provocan, según detalla Ana González, un incremento de las consultas por conjuntivitis durante el período estival. «Hay personas que utilizan lentillas y que no dimensionan la gravedad potencial de bañarse con ellas porque se olvidan, en muchos casos, de que las llevan puestas», detalla la experta. «Es necesario emplear gafas de natación para que los ojos estén libres de contraer infecciones», explica González, que insiste además en la especial protección que debemos tener con la piel del contorno de los ojos.

«Los párpados son la piel más sensible del rostro, y también pasan desapercibidos», añade. «Hay pacientes que alegan que no utilizan crema en esa zona de la cara porque les provoca escozor, y, en estos casos, incide, es importante recordar que existen productos específicos para garantizar un adecuado cuidado de la piel.

Más sensibles que hace años

Los ojos son, además, más sensibles que hace años por la polución, los ambientes cerrados, el estrés o el uso excesivo del aire acondicionado, según observan en el Instituto Gallego de Cirugía Ocular. La conjunción de todos estos factores y el hecho de no estar desarrollando las tareas de prevención adecuadamente ha provocado que tengamos que valernos de otro tipo de métodos para «contener y paliar la problemática», y que se evidencia, destaca González, en que la mayor parte de las consultas que se atienden en su centro están vinculadas con el «ojo seco».