El Concello de Santiago insiste en que es la Xunta la que debe resolver el problema de aparcamiento en el Clínico

La Voz SANTIAGO / LA VOZ

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Sandra Alonso

Sostiene que el Concello ya cedió en su día los terrenos a la Administración autonómica para construir el hospital

12 jun 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

El gobierno municipal de Santiago persevera en sus argumentos para defender que es la Xunta la que debe asumir el problema del caos de aparcamiento que existe en el Clínico y construir las dotaciones necesarias para solventarlo. Frente a la tesis de la Consellería de Sanidade de que a ellos les compete habilitar infraestructuras sanitarias para prestar el mejor servicio a los ciudadanos, el gobierno compostelano recuerda que ya cedió en su momento todo el terreno a la comunidad autónoma para edificar el actual hospital, y que el Concello también aceptó la declaración de ampliación del Clínico como de interés general local, un marco que aporta todavía más facilidades a la Xunta para actuar, ya que el suelo necesario para la eventual construcción de un párking en la zona no le costaría nada, porque lo asumiría por cesión, no por expropiación.

En este sentido, la única parcela de titularidad municipal ubicada en el entorno del Clínico es la que se encuentra junto al edificio del Cimus. Se trata de un terreno de 3.000 metros cuadrados que se encuentra a unos cien metros del hospital y que podría alojar en superficie a unos 125 vehículos. La finca fue recalificada por el anterior gobierno municipal, de Compostela Aberta, que planteó a Sanidade construir en ella un aparcamiento para el que calculaba una capacidad para 500 vehículos. Pero la Xunta echó balones fuera, aplicando el mismo argumentario que emplea ahora para replicar que es el Concello la administración que tiene las competencias de tráfico. La cuestión es si puede el Ayuntamiento de Santiago emular a otros, como el de Lugo, y edificar un párking en ese terreno.

El gobierno local sostiene que se trata de una parcela con una superficie muy pequeña para albergar un equipamiento de ese tipo, y que está condicionada, además, por el gran desnivel que presenta entre la avenida de Barcelona (parte superior) y la de Mestre Mateo. Indica que esa inclinación la hace óptima para un aparcamiento subterráneo de tres o cuatro alturas, con entrada por una calle y salida por la otra, mientras que, si se hiciese en superficie, debería tener una estructura de terraza, con el consiguiente incremento de costes y reducción de plazas para vehículos. Con todo, recalca que es la Xunta la que debe actuar y ofrecer soluciones.