De forma incomprensible, cuando menos se esperaba y después de un gran partido, el Compos se quedó sin fuerzas, a doce fechas para la conclusión de la liga regular. En aquel momento, en vísperas de recibir al Arenteiro en la capital gallega, nadie podía imaginarse el tremendo caos que iba a enviar al infierno a los jugadores blanquiazules. Tras golear al Salamanca, el Compostela tenía un buen colchón de cinco puntos con respecto al primer equipo que estaba fuera del ansiado play off de ascenso.
El once gallego igualó en casa con el Arenteiro, un equipo que estaba cotizando al alza. Luego, lo nunca visto a lo largo del curso. Los blanquiazules encadenaron tres derrotas consecutivas ante conjuntos de la zona baja de la tabla clasificatoria de la Segunda RFEF (Marino de Luanco, Llanera y Gimnástica Segoviana). Ocho jornadas estuvo el Compostela sin ganar.