La USC tiene la plantilla más envejecida de España y la UDC sobrepasa la media

La Voz SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

SANDRA ALONSO

En ambas universidades los profesores superan los 50 años de promedio

25 abr 2022 . Actualizado a las 23:23 h.

La última estadística del Ministerio de Universidades sobre el personal docente e investigador ha aupado a la USC al puesto número uno de un ránking, el de la plantilla más envejecida de España. En el curso 2019-2020 ostentaba la segunda posición, después de La Laguna (Tenerife), y en la actualización de los datos la Universidade de Santiago se convierte en la institución con la edad media más alta, 54,11 años de media. Pero tampoco la UDC presenta una plantilla demasiado joven. Según el último informe mientras la media estatal está en los 50,35 años, la de la Universidade de A Coruña sube a los 50,51, el puesto 22 sobre un total de 48 universidades públicas. Completaría la terna en Galicia la institución olívica, bastante envejecida también (51,27 años).

Se trata de una realidad común a todo el Estado y con una explicación sencilla, la mayoría de los profesores se incorporaron a las facultades en la época de expansión (años 80 y principios de los 90), y de hecho fue ahí cuando la universidad gallega se segregó en tres. Por lo tanto, esa masa de profesorado se jubilará en bloque. En A Coruña casi uno de cada seis docentes está en proceso de jubilación, es decir, tiene entre 60 y 66 años (el profesorado universitario puede jubilarse a los 70); mientras que en la USC esta cifra se dispara al 22,44 %, casi uno de cada cuatro.

Este envejecimiento se refleja también en el lado contrario, es decir, el porcentaje de jóvenes (menos de 35 años). En Santiago son solo el 4,31 % de la plantilla y en A Coruña el 6 %. Una de las universidades más rejuvenecidas es la Rey Juan Carlos (porque también es de las instituciones públicas más recientes), con una media de edad de 45 años. En este caso, casi el 16 % de la plantilla es menor de 35.

El profesorado universitario se reparte en numerosas categorías, algunas incluso específicas de algunas carreras (como el profesorado asociado de ciencias de la salud). Lógicamente en función de esta categoría, el envejecimiento es mayor o menor. Así, los catedráticos son los que más peinan canas, superando de media los 61 años en la USC (61,49), mientras que en la UDC se acercan a los 59 (58,66). La media de edad va bajando a medida que el profesorado va pasando de las categorías de funcionario a las de contratado. En la Universidade de A Coruña los más jóvenes son los sustitutos, con un promedio de 41 años, mientras que en la USC son los lectores, apenas una decena, con una media de 31 años, mientras que los ayudantes doctor rondan los 40 (hay más de un centenar).

Como dato curioso, de las áreas con tres o más profesores en la USC, la más envejecida es álgebra, con una media de edad de 64,81 años. Botánica, prehistoria y oftalmología también pasan de los 64. En el lado contrario está periodismo (43,6 años).

En el ránking de las diez universidades más envejecidas de España están dos de las gallegas, aunque no la de A Coruña. Después de la USC se sitúan la de La Laguna, la UNED, la Universidad de Las Palmas, la Complutense, la Politécnica de Madrid, la de Alcalá, la Autónoma de Madrid, la Politécnica de Valencia y en décimo lugar la de Vigo.

Alberto Valderruten,  vicerrector de Profesorado de la UDC

«El problema es mayor en centros que llevan más años funcionando»

El envejecimiento de las plantillas de profesorado de las universidades es un problema innegable. Mayor, en aquellas más tradicionales, por lo que la Universidade de A Coruña, todavía joven a sus 32 años, no prevé una avalancha de jubilaciones en un plazo medio. Sí hay áreas, que proceden de cuando solo había una universidad en Galicia, más avejentadas, como es el caso de empresariales, los departamentos que proceden del colegio universitario de ciencias y filología, arquitectura y arquitectura técnica, o náutica. «Estos centros sí están preocupados al ver que se acumula un cierto número de jubilaciones en los próximos años, pero se compensa con otros en donde las plantillas son más jóvenes», explica Alberto Valderruten, vicerrector de Profesorado de la UDC.

Pese a que las jubilaciones masivas obligarán a un relevo en la universidad y por lo tanto a la entrada de nuevos docentes, en el caso de A Coruña las cifras que manejan no son elevadas, «claro que puede ser una oportunidad para los jóvenes, pero no estamos hablando de más de veinte plazas al año, en nuestro caso la necesidad de reposición no es tan alta».

Una de las consecuencias del salto generacional en las plantillas —que no haya un número proporcionado en cada grupo de edad— es, como apuntaba el vicerrector de la USC, ese vacío que se genera cuando los mayores miran hacia atrás. Su homólogo en la Universidade de A Coruña coincide: la presencia de personal investigador joven y más experimentado en centros, departamentos y laboratorios no solo enriquece a la universidad sino que «es la manera de hacer pasar el conocimiento de generación en generación, mientras que los jóvenes aportan a su vez otro tipo de conocimientos y habilidades que también aprovechan los mayores», concluye.

SANDRA ALONSO

Ernesto González Seoane, Vicerrector de Profesorado de la USC

«Para os que se están doutorando ábrese unha época de oportunidade»

Los datos que maneja el vicerrector de Profesorado de la Universidade de Santiago, Ernesto González Seoane, de enero de este mismo año, son muy similares a la estadística del ministerio (curso 2020-2021). La media de los catedráticos está en 62, la de los titulares en 57 y los contratados doctor en 50. Los ayudantes doctor suben a los 40,10 «o que supón unha anomalía, que xente de 40 de media aínda estea nunha categoría non permanente». La situación de la USC, que es preocupante, admite Seoane, obedece a dos fenómenos, el crecimiento poco ordenado de los 80, y la escasísima incorporación de docentes en los últimos diez o quince años debido a la crisis. Esto ha provocado una discontinuidad, «e creo que é un problema, mirar para atrás e non ver a ninguén, mesmo desde o punto de vista anímico», insiste Seoane. Y es que lo ideal sería que todos los departamentos contasen con personal de 60, de 50, de 40 y de 30, para garantizar un relevo ordenado.

La única lectura positiva del envejecimiento de las plantillas es que, sobre todo en determinadas áreas «ábrese unha época de oportunidades para os que se están doutorando». Sin embargo, hubo generaciones muy castigadas, aquellos profesores que ahora rondan o superan los 40 años, formados, con publicaciones y trayectoria a sus espaldas «que non puideron atopar un acomodo», explica el responsable de la política de profesorado de la USC. En estos momentos hay áreas con grandes bolsas de doctores que aspiran a plazas de ayudante doctor (el camino de entrada a la carrera docente), pero en otras el déficit es claro: ciencias sociales y jurídicas, ingenierías, matemáticas y algunos ámbitos clínicos, «son áreas —aclara González Seoane— nas que o mercado laboral ofrece alternativas máis rápidas e seguramente máis lucrativas».

La incorporación tardía de la mujer a la docencia universitaria rebaja su edad

El hecho de que la mujer se haya ido incorporando más lentamente a la universidad también provoca que este envejecimiento vaya más despacio. Pero de todas formas también la plantilla de profesoras adolece de veteranía. De media, en las universidades de la provincia de A Coruña las mujeres tienen tres años menos que los hombres. En la UDC el promedio está en 48,4 frente a los 52 de sus compañeros varones, y en la USC 52,2 frente a 55,6.

Sí que hay más disparidad cuando se analizan los extremos, es decir, los más jóvenes y los más mayores. Por ejemplo, entre el profesorado con 67 o más años, el porcentaje de hombres multiplica al de mujeres, y de forma similar en las dos universidades. En Santiago son el 3,8 % de todas las docentes frente al 11,6 % de los hombres, mientras que en la UDC son el 1,1 % de la plantilla de profesoras, frente a casi el 5 % de los varones. Lo mismo ocurre con los jóvenes. Una de cada 12 profesoras de la institución que dirige Julio Abalde no llega a los 35, frente a solo el 4 % de los hombres. En el caso de la USC, son el 6 % de las mujeres y menos del 3 % de los varones (2,79 %).

El PAS, por encima de los 50

La situación del personal docente no es única. También el de administración y servicios envejece. En la Universidade de A Coruña supera los 50 años de media, y en la de Santiago los 52.