Luis Ríos Tallón, urólogo jubilado: «Hubo personas que me insistieron mucho para que me dedicase a cantar»

irene martín SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

Sandra Alonso

Coordina la celebración, el próximo sábado en Santiago, del 50 aniversario de la promoción de la Facultade de Medicina 1965-1971

25 abr 2022 . Actualizado a las 23:27 h.

La emoción del reencuentro presidirá el quincuagésimo aniversario de la promoción de Medicina 1965-71, cuyo coordinador es Luis Ríos Tallón (Santiago, 1946), urólogo retirado. «Nos hace muchísima ilusión volver a vernos, porque la vida pasa. Celebramos en su día los veinticinco años y, claro, hay personas que ya no estarán en este evento de oro. Será un día intenso», tal como explica el doctor Ríos sobre la efeméride que festejarán el próximo sábado con un acto académico en la facultad, además de una visita al pórtico de la Gloria y la oportuna refección, en San Francisco. Serán unos cuarenta compañeros más una decena de acompañantes —entre los que hay alguna pareja ya desde los tiempos de la carrera— que vienen de Bilbao, Barcelona, Valencia, Andalucía, Canarias, Lisboa y, naturalmente, Galicia. «De unos 380 estudiantes matriculados, solo unas ochenta eran mujeres. Aquel año nos licenciamos 213», apostilla.

«El otro día nos acercamos varios a la facultad y nos decepcionó comprobar que habían modificado el aula de Anatomía. Precisamente Anatomía era la materia hueso, pero con el profesor Fontán, porque si te tocaba Echeverri, era otro cantar», rememora de su época universitaria. «La calle del Franco era nuestro lugar habitual de encuentro. No había móviles, pero todos sabíamos a dónde ir, según las horas, para juntarnos. Me encantaba aquel ambiente estudiantil que se perdió completamente, porque era muy familiar y enriquecedor. También recuerdo, cuando íbamos de juerga, las persecuciones de los serenos y los guardias de la Alameda», añade.

Recién licenciado, el médico santiagués se fue al actual Hospital Gregorio Marañón de Madrid, pero al año lo llamó Cimadevila para incorporarse al equipo de Urología que se creaba en el antiguo Hospital Xeral de Galicia, y aquí se quedó hasta su jubilación, ya en el Clínico. «La urología, como otras muchas especialidades, es hoy subsidiaria de la informática, la física, la química… Han aparecido tecnologías nuevas que son imprescindibles. Aunque debo decir que el tacto rectal continúa siendo imprescindible igual que hace cuarenta años. También el diagnóstico precoz permite muchas curaciones completas», explica el especialista.

Otra faceta personal del doctor Ríos es su paso por la Tuna Compostelana durante los años de carrera, donde fue solista; y hoy lo es de Troyanos de Compostela, agrupación musical de antiguos tunos vinculada al Museo Casa de la Troya. De hecho, el acto académico del aniversario finalizará con una breve actuación del grupo, en la que Luis demostrará que mantiene la voz en plena forma. «En la Compostelana entré tocando el laúd, pero enseguida me situaron como solista. Y cuando me fui, me sustituyó Manolo Alegre. Me gustaba muchísimo, pero la pena que me quedó fue no haber podido rondar a mi novia, porque vivía en Madrid. Nos casamos y tuvimos dos hijos —Iago está hoy en la Tuna de Veteranos de Medicina—. Pero me quedé viudo hace veintiún años. Pepita fue el gran amor de mi vida. Todavía hoy pienso en ella cuando canto», refiere con la emoción en los ojos.

Unha noite na eira do trigo y Fonseca son las piezas que elige como preferidas para interpretar en el escenario, al tiempo que se reconoce como una persona «sentimental». Entre las hazañas con la tuna, Luis recuerda un viaje a Brasil promovido por el empresario palestino Ghaleb Jaber Ibrahim. «Era presidente de la Compostelana el doctor Arán Trillo y nuestro director musical, Isaac Vázquez Alvite. Me gustaba muchísimo cantar y me sigue gustando. Hubo personas que me insistieron mucho para que me dedicase a ello profesionalmente», concluye el médico troyano que también hizo teatro con Ditea, legendaria compañía local. Pero esa es otra historia.