Afectados por el párking ficticio de Lavacolla tienen multas de diciembre

Emma Araújo SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

xoan a. soler

Una usuaria asegura que se percató del engaño semanas después de la sanción

15 abr 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Las irregularidades denunciadas por la localización de numerosos vehículos mal estacionados en las inmediaciones del aeropuerto de Lavacolla, cuyos propietarios pagaron por un servicio regularizado y seguro de estacionamiento, no paran de crecer debido a nuevos testimonios de personas que sienten «estafadas» y que, además, tienen documentación que así lo atestigua.

Al menos hay un caso de una mujer que contrató este servicio a principios de diciembre del año pasado y se dio cuenta semanas después al recibir una multa de 200 euros porque su vehículo permaneció aparcado en plena N-634. Estaba en las inmediaciones del aeropuerto, en una zona no autorizada para ello, pese a que ella daba por hecho que su coche permanecía a buen recaudo, ya que acostumbraba a contactar con la misma mujer desde el 2006. «Y durante años se la recomendé a muchas personas», afirma apesadumbrada desde el anonimato, ya que nunca sospechó nada por lo que se guardó la tarjeta con el teléfono del servicio. Desde entonces llamaba al mismo número en el que le contestaba la misma mujer, a la que entregaba el coche, que le devolvían en perfecto estado cuando desembarcaba.

Así lo hizo hasta que se fijó en la fecha de la sanción de Tráfico y se percató que era imposible que ni ella ni nadie de su familia pudiesen conducir el coche porque estaban de viaje. Tras contactar con la mujer y dudar de sus explicaciones se personó en el lugar en el que ella creía que estaba el aparcamiento y sí se encontró uno, pero pertenecía a otra empresa que opera con regularidad .

Al darse cuenta de que la habían engañado pagó la multa e intentó presentar una denuncia ante la Guardia Civil pero no pudo tramitarla porque ella había entregado las llaves de su vehículo para que lo estacionasen. Tampoco pudo hacerlo en Consumo, por lo que también exploró la opción de presentar una queja en la oficina del Valedor do Pobo. Con la multa abonada sin recurrirla, por lo que pagó cien euros, reconoce que su mayor preocupación es qué habría pasado si su vehículo hubiese participado en un accidente de tráfico con personas heridas de gravedad.