Critican la escasez de citas en Extranjería en Santiago para atender a refugiados ucranianos

Olimpio Pelayo Arca Camba
o. p. arca SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

A la izquierda Daria Kuprichuk, de 18 años, que llegó a Santiago hace dos semanas, acompañada por su compatriota Daria Kozhushko, que le enseña castellano
A la izquierda Daria Kuprichuk, de 18 años, que llegó a Santiago hace dos semanas, acompañada por su compatriota Daria Kozhushko, que le enseña castellano PACO RODRÍGUEZ

La tramitación de documentación a grupos es más ágil que al solicitarse la vez de modo individual

06 abr 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Obtener cita para Extranjería en Santiago para regularizar la situación de refugiados ucranianos no es fácil. Lo señalan desde distintas entidades que han colaborado con desplazados hasta la capital tras el inicio de la invasión de Rusia a Ucrania el 24 de febrero. Enrique Iglesias, presidente de Nenos de Ucraína e Galicia, conoce la situación en primera persona y critica las insuficientes citas para lograr la atención en la comisaría. Señala que el problema es que no se incrementaron las dotaciones de personal para atender estas nuevas demandas: «En Santiago por exemplo, que son persoas exquisitas no trato, o problema é que só hai dous funcionarios na comisaría en Estranxeiría. Non poden facer máis, dan citas conforme van saíndo pero esgótanse nun segundo. O que ten a sorte de conectarse cando hai cita, cóllea».

Iglesias cuestiona también que para solicitar la vez por Internet, primero debe cubrirse un amplio formulario con los datos del solicitante, y es al final cuando el programa informa de si hay o no cita disponible. En caso de lograrla, tampoco es inmediata la atención: «En Madrid as están dando para finais de xuño, e nalgunha cidade de Galicia, xa son para maio». Él comprobó ayer mismo que la próxima cita disponible en Santiago no llega hasta el día 22, a las 16.30 horas. «O problema é que mentres non fagan a solicitude en Estranxeiría, están fóra do sistema de axuda: non poden sacar tarxeta sanitaria, nin darse de alta en ningún sitio, non poden abrir unha conta no banco, nin traballar, nin facer nada». Iglesias explica que el escaso personal de Extranjería se ve desbordado ahora por la llegada de ucranianos, pero es una situación que suele producirse también hacia septiembre y octubre, las épocas de desembarco en Santiago de estudiantes de Erasmus que deben realizar allí sus trámites.

 Desde otra entidad corroboran que las citas para Extranjería para los refugiados ucranianos tardan más de lo deseable: «Hay que estar atento a la página web y pedir cuando quedan libres». Coinciden en que la atención a los refugiados en la comisaría «es estupenda», e incluso llegan a atender a gente sin cita.

La atención se agiliza en caso de grupos. Sucedió, por ejemplo, con las 46 personas que viajaron en la expedición organizada por el equipo de investigaciones políticas de la USC. Así, para apurar los trámites de todos, a su llegada se anunciaba que acudirían a la comisaría en pequeños grupos con varias personas simultáneamente. Las solicitudes individuales son las que van más lentas.

Daria Kuprichuk viajó desde Dnipro (Ucrania) a Santiago para reunirse con la familia adoptiva de su hermana Nika
Daria Kuprichuk viajó desde Dnipro (Ucrania) a Santiago para reunirse con la familia adoptiva de su hermana Nika PACO RODRÍGUEZ

Daria Kuprichuk: «Sentí miedo en el viaje por ir sola por ciudades que no conocía»

Enrique Iglesias acoge en su casa a Daria Kuprichuk, de 18 años. Ella hizo caso a su hermana Nika (la hija adoptada por Iglesias hace años) para venirse a Galicia, a diferencia de su hermana mayor, que no quiere dejar Ucrania ni que salga de allí hacia España su hijo de diez años, como le pide desde hace semanas Nika.

El viaje de Daria fue largo. Partió en un tren en Dnipro para llegar hasta Leópolis. Allí debería haber tomado otro convoy hacia Polonia, pero por temor, viajando sola, se quedó en tierra en la estación. Finalmente pudo llegar a Varsovia, y desde allí esperaba que un autobús fletado por unas compatriotas ucranianas que trabajan en Madrid la llevase a la capital de España. Ese autobús nunca llegó finalmente a la capital polaca, así que la red de contactos que conecta a todos los que trabajan por los refugiados de Ucrania le encontró una plaza en una expedición de taxistas vascos que regresaba a Vitoria. Fue como llegó a España, e Iglesias no se lo pensó dos veces: arrancó con su coche y se fue de Santiago a Vitoria para recogerla allí hace un par de semanas.

Daria, de 18 años, relata que sintió miedo en el viaje, por ir sola por regiones y ciudades que desconocía completamente. Fue lo que experimentó cuando llegó a Leópolis: «No conocía la ciudad, y tuve miedo de subirme al tren. Había muchos chicos, y no sabía a cuál subirme». Es la primera vez que está en España, y le gusta Santiago. El reencuentro con su hermana Nika fue muy emotivo, y se siente arropada mientras estudia a distancia, conectada con Ucrania por Internet, y aprende castellano.

De Santiago a Ferrolterra

Por su parte, del cerca de medio centenar de refugiados que trajo el equipo de investigaciones políticas de la USC a Santiago, se quedarán en la ciudad seis personas. Los demás han ido partiendo hacia Ares, A Capela, As Pontes, Cerdido y Pontedeume.