Vuelve Casa Filiberto de Brión, con un aire renovado y la mejor cocina de mercado

Con toda una vida vinculada a la hostelería, Fran Lampón decidió dar el salto y hacer realidad el sueño de abrir un restaurante que responda fielmente a su manera de entender la hostelería. «A mi equipo, un grupo muy reducido, le estoy diciendo que lo importante es que las personas que vengan a Casa Filiberto, mi casa, se vayan con la sensación de haber comido bien, pero también con el gusto de haber podido charlar y disfrutar del momento y del lugar, y del paseo agradable y desestresante por la carballeira de Santa Minia». Fran es totalmente sincero, y avisa: «Los que vengan tienen que saber que aquí se viene con calma y van a vivir cada instante». A lo largo de su vida laboral, Fran fue primero camarero, pero «en un momento concreto, en el 2010, decidí que quería ser cocinero, y me forme en el IES Compostela. Pasé por varios restaurantes, y ahora es el momento de echar el freno. Surgió la oportunidad de Filiberto, y aquí estoy». Una de las cuestiones que Fran repite con frecuencia es que «durante los años de camarero, y después cocinando para otros, vivía en un continuo estrés. Apurado, corriendo, sin disfrutar, y con el agobio de sacar una comanda tras otra sin pensar en nada. Ahora quiero que en cada plato que salga de la cocina se note el mimo con el que está hecho». Solo habrá espacio para 20 comensales, porque, dice, «lo que quiero es que todos se vayan a gusto». La cocina con la que Fran Lampón recuperará un local histórico de Brión será «de la que ahora se llama de mercado, con producto de proximidad. Aquí tenemos el mejor producto, no hay que ir lejos. Voy a trabajar con las verduras de las huertas de aquí, con el pollo de Galo Celta, con nuestras carnes y, por supuesto, con el pescado de mi pescadero de la lonja de Ribeira». Su intención es abrir el próximo día 8, y hacerlo con un horario «que permita la conciliación, que para mí es muy importante. La hostelería puede ser compatible con la familia, y quiero que las dos personas que trabajarán conmigo puedan conseguirlo, y yo también claro». Su cocina estará disponible entre las 12.00 y las 15.30 horas. Y a las cinco de la tarde «todos estaremos fuera. Las cenas, solo los viernes y sábados. Solo vamos a ser tres personas, y por eso pido paciencia de antemano a las que vengan a casa». Desde hace unas semanas, Fran está centrado en los detalles de la puesta a punto del local. «Son muchas cosas. Se mantiene su aire antiguo, pero cambiamos todas las tripas. Las instalaciones eléctricas, fontanería y todo lo que no se ve, y algo de lo que se ve. Aún quedan cosas, pero el día 8 espero estar camino de conseguir mi sueño». Desde aquí, mucha suerte.

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