La plaga del picudo rojo acaba con once palmeras en Santiago y se propaga por quince ejemplares más

Margarita Mosteiro Miguel
marga mosteiro SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

XOAN A. SOLER

La desatención en las fincas privadas preocupa a los técnicos

30 mar 2022 . Actualizado a las 23:51 h.

El picudo rojo trae de cabeza a los técnicos del departamento de Parques e Xardíns del Concello. El coleóptero de la familia de los gorgojos, originario del Asia tropical, no deja de hacer estragos en las palmeras de los parques municipales. Todas están controladas con un dispositivo colocado en el tallo que ofrece información constante sobre el estado de cada ejemplar. Estos datos son vitales para conocer la evolución de la plaga y poder adoptar así las medidas que se consideren necesarias para frenar su propagación y tratar de salvar la palmera afectada.

En las zonas verdes municipales están registradas algo más de doscientas palmeras, según el departamento de Parques. La plaga de picudo rojo ya se llevó por delante once ejemplares, que estaban situados en Fontiñas, Vite, A Choupana, Pontepedriña y el Ensanche. El bicho anidó y sus larvas fueron comiendo las palmeras por dentro. El daño no fue visible hasta que las hojas adquirieron el característico color marrón y terminaron cayendo sobre el tallo. Con el dispositivo instalado, los daños se detectan antes, y es posible poner en marcha un tratamiento para intentar salvar el ejemplar. No hay todas las garantías de éxito, pero sí más que antes de contar con este sistema de control. Los técnicos explican que, al ser una especie con una única rama, el daño es más rápido y, a menudo, irreversible.

La preocupación en Santiago se centra en el estado de quince palmeras, de las que cuatro corresponden a la fila de ejemplares situados en Carreira do Conde. Aunque por su aspecto podría parecer que están muertas, los técnicos aseguran que no se procederá a su tala hasta que el daño sea insalvable. En la Praza da Constitución y en Vite hay otros ejemplares dañados, y otro más se localiza en San Roque.

Lo que más inquieta es la falta de control sobre las palmeras enfermas que están en fincas privadas. En la zona de Roxos hay varios ejemplares visiblemente enfermos. También en Cacheiras y en parcelas junto a la carretera N-550 en dirección a Padrón. Los expertos apuntan que, pese a la insistencia en los mensajes para que se trate a las palmeras cuando se detectan los primeros síntomas, teniendo en cuenta lo que puede verse en muchas fincas privadas no parece que esta petición esté calando. Los técnicos municipales apuntan que el picudo rojo es una plaga difícil de frenar, porque se propaga con gran rapidez. El pequeño insecto, con medidas entre 2 y 5 centímetros, puede volar muchos kilómetros de distancia y una vez que se asienta en la palmera pondrá hasta 400 huevos en solo tres o cuatro días. Es necesario parar el proceso antes de que aparezcan las larvas, con el fin de tener ciertas garantías de éxito.