«Sen máis trens de Santiago á Coruña, teremos que reducir a nosa xornada laboral»

Olimpio Pelayo Arca Camba
o. p. arca SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

Sandra Alonso

Roberto Boullón y Lupe Souto no podrán llegar al trabajo hasta las 9.30 horas tras dejar a su hijo en el plan Madrugadores

25 feb 2022 . Actualizado a las 23:54 h.

Roberto Boullón y Lupe Souto viven con su hijo cerca de O Milladoiro, en Biduído (Ames), desde donde cada día se desplazan a trabajar en tren a un banco de A Coruña. Su horario es de 8 a 15 horas, con una flexibilidad de 15 minutos. Pero asumen que cuando su pequeño se escolarice al cumplir los tres años no tendrán más remedio que reducir su horario laboral si Renfe no establece más frecuencias para viajar de Santiago a la ciudad herculina.

«Agora temos que coller o tren que sae ás 6.37 horas e chega ás 7.16», con tiempo sobrado para ir al centro de trabajo. El siguiente, que parte a las 7.42 y llega a las 8.13 ya no les vale. Y cuando su hijo empiece en la escuela, su única alternativa será el Avant de las 8.35 que en 28 minutos se desplaza hasta A Coruña: «O programa Madrugadores permitirá que o noso fillo entre ás 7.30 horas, pero en 12 minutos é imposible chegar á estación de Santiago. Así que teríamos que coller o que chega ás 9.03, e empezar a nosa xornada laboral ás 9.30 horas. Non falamos dunha redución duns minutos, senón de hora e media ao día», dice Boullón.

Cree que la solución pasa por incrementar las frecuencias de tren en los horarios con mayor afluencia de viajeros, que lo emplean para ir a trabajar o a estudiar, por lo que plantea que hasta las 9 horas pase un tren cada 30 minutos, en un servicio similar al de las grandes ciudades. En lugar de eso, se han eliminado frecuencias como la de las 7.25 horas, indica. «Pese á rendibilidade da liña do Eixo Atlántico, Renfe non pensa na xente que traballa: para entrar no traballo ás 8 horas, cun traxecto de 28 minutos, hai que coller o tren en Santiago ás 6.37 horas». Él aboga por concentrar trenes en esas horas de mayor utilización: «Ti vas ás 11 da mañá á estación de Santiago e non hai case ninguén, cando o tren das 6.37 vai moi cheo».

En el regreso para quienes salen de trabajar a las tres de la tarde, más de lo mismo: es prácticamente imposible tomar el tren de las 15 o el de las 15.10, y deben aguardar al de las 15.50, apunta.

En tres medios de locomoción

Roberto Boullón utiliza hasta tres medios de locomoción para llegar a su trabajo. De Biduído a la estación de Santiago, en coche. Paga 61 euros al mes por dejarlo aparcado allí mismo. Después se sube al tren, para el que tiene un bono mensual de 176 euros que le permite tomar cualquier convoy entre las dos ciudades; y al llegar a A Coruña, despliega su bicicleta eléctrica para ir al trabajo. Él evita las carreras contrarreloj en las que asegura se convierte la terminal herculina cada mañana. No es el caso de Lupe Souto, que sin patinete ni bicicleta, vive al límite de cualquier retraso o imprevisto.

Ellos calculan que con el plan Madrugadores y comedor del niño, párking, bonos y reducción de jornada, podrían ser 900 euros al mes. De modo que si no hay más horarios de tren, o bien reducen jornada laboral o bien lo dejan para irse a una opción menos cómoda y menos sostenible ambientalmente, pero más económica: «O bono de autobús é un terzo do tren. E xuntándose tres persoas, é máis barato ir en coche». Eso tocará, quizás.

A la espera de una reestructuración de la oferta de Renfe

La demanda de mejores horarios de tren para conciliar vida familiar y laboral llevó a usuarios de las líneas A Coruña-Santiago-Vigo y A Coruña-Santiago-Ourense a constituir plataformas reivindicativas. La pasada semana se reunieron con Renfe, que les indicó que realizará encuestas entre los viajeros para conocer sus demandas, y anunció una reestructuración de su oferta con la entrada en servicio de los trenes de la Serie 106. Pero ese nuevo material no llegará antes del verano.