Turismo y Año Santo Compostelano 2021-22

Francisco Candela TRIBUNA

SANTIAGO

29 ene 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Quizá convenga hacer balance en torno al turismo en nuestra ciudad y al desarrollo del Año Santo Compostelano 2021, ampliado al 2022 por la pandemia.

Sin duda, podemos constatar que a partir del pasado mes de mayo, y por la desaceleración en el contagio producido por el virus, se han vuelto a recuperar los flujos turísticos en el conjunto del país, y por ende, en nuestra ciudad. También era previsible que durante este período se produjera, un «exceso de demanda» como consecuencia de la privación de la movilidad que los ciudadanos hemos tenido desde marzo del 2020, de tal modo que hemos asistido a un bum del turismo en cualquiera de sus manifestaciones (litoral, interior, cultural, etc.) que ha provocado que los servicios de alojamiento y hostelería tuvieran hasta el pasado mes de noviembre unos niveles de ocupación extraordinariamente altos, incluso comparativamente con los alcanzados en 2019, donde ya se situaban con un elevada ocupación. La aparición de la nueva variante del coronavirus, ómicron, ha venido a enturbiar un final de año que se preveía excelente a todas luces, pero no empaña el proceso de recuperación del conjunto de la economía, y desde luego del turismo.

La cuestión principal es que, en nuestra ciudad, y durante este período, hemos podido constatar un acelerado proceso de congestión, banalización y deterioro del entorno social y medioambiental precisamente en nuestro casco histórico, que está contribuyendo a un vaciado humano de la zona y a la ocupación de plazas, calles, etc. por establecimientos de hostelería y hospedería que han convertido el espacio urbano más emblemático y delicado en un lugar de restauración. El proceso es creciente y se extiende como una mancha de aceite en todo el espacio urbano proclamado por la Unesco Patrimonio de la Humanidad.

No podemos dejar de considerar que la propia existencia del Patronato de la Ciudad de Santiago se debe a tal Declaración y su órgano ejecutivo, el Consorcio, no deberia situarse de perfil ante la situación. Ello significa que todas las Administraciones, estatal, autonómica y local, tendrían que asumir la tarea e impulsar las medidas necesarias para poner en marcha, con carácter urgente y prioritario, un plan global a medio plazo con actuaciones que puedan reconducir la situación, y en el que puedan participar las entidades asociativas vecinales y culturales además de las distintas fuerzas políticas del Ayuntamiento.

Los ciudadanos de Santiago no podemos mirar para otro lado contemplando como nuestro lugar de referencia urbana y patrimonial está convirtiéndose en una especie de parque temático. Si ya se ha recuperado la economía en buena parte, ahora toca recuperar el casco histórico para la ciudad.

Francisco Candela es economista. Exasesor del Programa UNWTO-QUEST de la Organización Mundial del Turismo. Exconcejal de Turismo