900 euros

Cristóbal Ramírez

SANTIAGO

17 ene 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Aclaración inicial: no conozco de nada a Irene Angueira, vecina de Urdilde, protagonista muy a su pesar de un suceso que le ha amargado el mes. Y es que los 900 euros que iban a entrar en su casa se esfumaron al extraviarlos su pareja en Bertamiráns cuando se dirigía a ingresarlos en un banco. La historia es conocida porque salió en las páginas de este periódico, y la mujer lo divulgó por Facebook pidiendo que quien los encontrase acudiera a la Policía Local.

La solidaridad que despertó es un chorro de agua bendita en unos momentos del sálvese quien pueda. Hay esperanza, por tanto, y todos y cada uno de los que estaban dispuestos a echar una mano (desde una farmacia que le donaba cierto material a personas que iban a poner dinero) debe mirarse orgulloso al espejo.

Y más orgullosa debe estar Irene Angueira. Por doble motivo: primero, por lo dicho. Y segundo, porque desde el agradecimiento, y en un gesto que la honra, ha rechazado dinero de otros porque «podemos saír adiante, porque tamén temos familia que nos pode axudar en situacións como esta, algo que moita xente non ten e o está a pasar moi mal».

La mujer dio todo un ejemplo de ética. Por supuesto que tiene que estar fastidiada, muy fastidiada, pero remató con una frase que muestra su grandeza de corazón: espera que «a persoa que os atopou e quedou con eles o fixera porque non lle quedara outra porque a súa situación non sexa boa e realmente os necesite».

En momentos en que cualquier oráculo ha sido desplazado por el Fornite cuan becerro de oro bíblico y por las pantallas de toda ralea y condición, si esto no es una lección para explicar a niños y adolescentes en todos los hogares de Galicia que baje Dios y lo vea.