«Pasamos de una situación relativamente normal, con reuniones diarias para ver cómo evolucionaba el volcán, a otra de extrema gravedad con la orden inmediata de desalojo de viviendas. No hubo paso intermedio. Fue como con el covid, nos pilló a todos a contrapié en cuanto a la falta de material, porque no teníamos mascarillas especiales, ni siguiera ropa adecuada». Así lo relataba el pasado noviembre cuando con miembros de la directiva española de Protección Civil, de la que forma parte Juan Corral, hacía un alto en este municipio como parte de un recorrido con parada en Santiago y homenaje en Ferrol.
En esta recepción participaron, además de Juan Corral, Arturo Fuente, presidente de la ANAV; y Oliva Trasancos, secretaria de la entidad. Fuente, especialmente hermanado a Galicia al haber intervenido en Muxía tras el vertido del Prestige, fue el que en septiembre verbalizó el plan de apoyo al pronunciar cuatro palabras que para Domingo Hernández lo cambiaron todo. «Estamos contigo, ¿qué necesitas?». Un segundo después de su inmediata respuesta arrancó un exitoso engranaje. Además del material, llegaron muchas ideas que se pusieron en práctica para agilizar el reparto de ropa, enseres y productos de aseo durante las primeras semanas tras la erupción. «Y menos mal», añade Hernández, que vio como los más de dos mil kilómetros que separaban La Palma de la península no fueron impedimento para que el llamamiento surtiese efecto y muchas agrupaciones comprasen o recogiesen material, lo revisasen y lo organizasen todo para enseguida meterlo en contenedores, llevarlos hasta Algeciras y allí enviarlos por barco hasta la Isla Bonita.