La ejecución de inmuebles para vivienda pasó de 27 en el 2019 a 75 en el 2020
14 dic 2021 . Actualizado a las 00:19 h.Santiago y su área marcaron el año pasado el mejor registro de construcción de edificios y viviendas desde el 2015. Así lo muestran los datos que acaba de hacer públicos el Instituto Galego de Estatística (IGE) correspondientes al 2020, que recogen 273 edificaciones de nueva planta. Compostela ocupó el tercer puesto de Galicia con 93 inmuebles, solo superado por Oleiros, con 156, y por Vigo, con 101. El resto ya se situaron muy lejos, puesto que el cuarto ya es Carballo con 45. Eso sí, Ames también logra colarse entre los diez primeros —es el séptimo—, con un total de 33. Hasta el momento, de los últimos años, el mayor número de obras se había registrado en el 2018, con 240, pero muy lejos del pleno bum de la edificación, en el 2008, con 541.
El principal tirón de la construcción de edificaciones durante el año marcado por la irrupción del coronavirus llega desde el ámbito residencial, con 186 inmuebles, tras subir un 43,6 %. Así lo demuestran los 75 edificios para acoger una o más viviendas de Compostela del total de 93 y los 32 de Ames, donde solo un inmueble tuvo otro destino. En la capital gallega, las obras residenciales casi se triplicaron, ya que en el 2019 solo sumaron 27. En el municipio amiense, se duplicaron, al pasar de 14 a 32. El tercer lugar es para Brión, con 21 nuevos edificios de nueva planta residenciales durante el año de la pandemia, también tras doblar la cifra. Del resto, solo en Teo superan la decena, al alcanzar 16 y experimentar, en este caso, un descenso. Por su parte, en seis localidades de las veinticinco del área compostelana no se ejecutó ningún inmueble diseñado para servir de hogar, según el IGE. Se trata de Boqueixón, Frades, Padrón, Toques, Tordoia y Touro.
Más viviendas en Ames
Pero el análisis de los datos estadísticos del año pasado permite más lecturas. Y aunque en número total de edificaciones residenciales Santiago es el líder, no lo es en cuanto al número total de viviendas nuevas. En este caso, encabeza Ames con 149 por las 130 de Compostela. ¿Qué indica esto? Pues que en la capital gallega tuvieron más peso las obras destinadas a viviendas unifamiliares, mientras que en el amiense fueron las colectivas. Así lo reflejan también los metros cuadrados residenciales ejecutados, con 23.818 en el ayuntamiento de Santiago frente a los 30.636 de Ames, casi siete mil más. La variación del parque neto de viviendas fue de 131 y 151, respectivamente. Además, hubo 21 viviendas en rehabilitación en la zona.
En cuanto a licencias, el año pasado se concedieron 204 para obras de nueva planta, también la mayor cifra desde el 2015. En Santiago, fueron cuarenta.
Carlos Debasa: «Esto no soluciona el problema actual del alquiler existente en Santiago»
El presidente de la Asociación Galega de Inmobiliarias (Agalin), Carlos Debasa, explicó que en los últimos meses y tras la pandemia lo que está en aumento es la vivienda unifamiliar, la búsqueda de una parcela y la autopromoción. Afirmó que esta demanda continúa en el tiempo, «no es algo anecdótico después del confinamiento severo» en la primavera del 2020. En este sentido, explicó que el resto de obra nueva residencial está bajo mínimos. Así aludió a la diferencia de transacciones entre vivienda usada y nueva en Galicia. «Nunca en la historia ha habido tantas ventas de viviendas de segunda mano como en este 2021», afirmó.
El presidente de Agalin incide en la «dificultad de encontrar suelo en las ciudades que sea atractivo» parar promover, ya que algunos están en zonas que no son interesantes, una situación que se produce en Santiago. También recordó los condicionantes como la reserva de viviendas protegidas que hay que hacer. «La reserva para este tipo de pisos es mayor que la demanda existente», dijo. Para Carlos Debasa, «no se observa, ni de lejos, un bum de obra nueva» en Santiago pese al creciente del número de licencias. «Suponiendo que haya más, esto no va a solucionar el problema del piso de alquiler actual en Santiago porque estos inmuebles llegarían al mercado en cinco o seis años y el problema es ahora», resaltó.