El descenso de infecciones por el virus de inmunodeficiencia humana (VIH) del último año «es un dato que hay que leer con cautela, a causa del covid, que ha alejado a las personas de los hospitales, de los centros de salud, de las oenegés y de los grupos de apoyo. Y pudo influir también en la mayor dificultad para el diagnóstico. Por eso pueden haber quedado casos sin detectar. En el reciente congreso estatal del sida se alertó de esto», afirma Antonio Antela, especialista del CHUS.
—Pero hay una tendencia descendente del VIH, ¿no?
—Si, los últimos años se observa un descenso de casos, pero no tan acusado como el último.
—¿A qué atribuye ese descenso?
—Seguramente a la mayor extensión del tratamiento antirretrovírico y a que la mayor parte de los pacientes que lo siguen bien tienen carga viral indetectable. Y eso hace que haya menos VIH circulante. También al efecto de la profilaxis pre-exposición.
—¿En qué consiste esa profilaxis?
—En dar tratamiento a personas que están en riesgo de adquirir una infección por VIH y no tienen relaciones protegidas, aunque es un programa que también se ha visto frenado por el covid. En España comenzó en diciembre del 2019, cuando empezó la actual pandemia del coronavirus, por eso la incorporación de personas ha sido menor que si no hubiese ocurrido el covid-19.
—¿Cómo es la situación en Santiago?
—El 97 % de nuestros pacientes tienen carga vírica indetectable. Prácticamente todos están bien. A causa del covid hemos tenido que hacer atención telefónica, y a pesar de eso no hubo cambios: todos los pacientes siguieron tomando su tratamiento y no se ha resentido su cuidado.
—¿Covid y sida es una combinación fatal?
—No necesariamente. Si el paciente de sida está bien controlado y sigue correctamente el tratamiento tiene las mismas posibilidades de infectarse como una persona sin VIH y con las mismas condiciones.
—¿Cómo es el paciente que se diagnostica ahora de VIH?
—El grupo de riesgo más frecuente son los hombres que practican sexo con hombres. Tres de cada 4 nuevos diagnósticos son varones y la edad más frecuente entre 30-35 años, aunque los hay con más y menos edad. Y aún existe un diagnóstico tardío en el 45 % de los nuevos pacientes.
—¿Qué le dice a una persona que sea nuevo diagnóstico de VIH?
—Se le explica en qué consiste la infección y que si hace las cosas bien y sigue correctamente el tratamiento no va a pasar nada, no va evolucionar a nada y no se va a morir de eso; y que así va además a poder hacer una vida absolutamente normal en el trabajo, con la pareja, viajes y demás.