Las dudas sobre la pandemia ralentizan los preparativos de las fiestas navideñas

Marga Mosteiro SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

PACO RODRÍGUEZ

Los vendedores de la plaza esperan que a partir del jueves se animen las ventas

12 dic 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

El coronavirus vuelve a condicionar los preparativos de las comidas y cenas navideñas. En el mercado de abastos de Santiago perciben que los clientes de proximidad, a diferencia de lo que suele ser habitual, cada vez anticipan menos la cesta de la compra para las fiestas. Detrás de esta situación está principalmente, según comentan los vendedores, la incertidumbre en las familias sobre las normas que regirán durante las jornadas de Nochebuena, Navidad, Nochevieja y Año Nuevo. Temen que el incremento de contagios obligue a suspender de forma voluntaria las comidas y cenas con varios núcleos familiares en las casas de los abuelos que, según explican, suelen ser los que se encargan de las compras y los que más acuden al mercado de abastos compostelano para abastecerse.

Otra de las causas que, en opinión de los placeros, está provocando un menor nivel de compras es que las reuniones son menos numerosas, porque las familias son ahora más pequeñas. Por tanto, precisan menos cantidad y ya no es tan indispensable anticipar la adquisición de los productos más caros, al precisar menor volumen. Entre los placeros, especialmente entre los de los puestos del marisco, se extiende la idea de que la crisis económica vinculada al covid hará que se venda menos, porque las familias contienen el gasto en previsión de que empeore la situación.

Los placeros, en general, creen que los clientes de proximidad esperarán hasta el jueves o el sábado de la semana entrante para empezar a planificar sus menús navideños, porque confían en que para esa fecha se conozcan las recomendaciones de la Xunta para las reuniones familiares. La idea general es que, si bien no faltará algún marisco en las mesa de los compostelanos, será en cantidades más modestas.

Otra cosa son los encargos que llegan de fuera de Galicia. Pese a que aún quedan dos semanas para Nochebuena, en las últimas jornadas ya empezaron a recibir en la Praza de Abastos los primeros pedidos, especialmente de marisco, para ser enviados en víspera de los días centrales de las fiestas. Cada Navidad salen de la praza decenas de pedidos con destino a Madrid, Barcelona, Zaragoza, Valencia e incluso hacia ciudades andaluzas y extremeñas. Algunas placeras creen que los pedidos de fuera se mantendrán en la línea de otros años.

Precios estables o a la baja

Un síntoma de que la demanda no está siendo alta es que los precios de los productos más demandados en estas fechas casi no han variado desde el inicio de mes, e incluso algunos, como las verduras, bajaron. Es el caso de la coliflor, ingrediente básicos junto al bacalao de uno de los platos más preparados en Nochebuena en Compostela. Ayer la pieza de coliflor con hoja verde se vendió a 2,5 euros, frente a los tres redondos del pasado día 4. También el repollo bajó de precio respecto a principios de mes.

En los puestos del marisco tampoco hay muchas variaciones. Los percebes se vendieron ayer entre 65 y 75 euros el kilo, y eso que el temporal registrado en la costa dejó en tierra a los percebeiros en las últimas jornadas. El camarón, otro de los mariscos que se encarece por Navidad, se vendió a 85 euros, pero a principios de mes llegó a los 90. Los que anticiparon su compra hicieron mal negocio. Ayer se ofertaron centollas a 24 y 18 euros, frente a los 24 y 25 del pasado 4 de diciembre. Las nécoras también están sorprendiendo estos días. Se vendieron a 40 euros el kilo, en el que entraron ocho piezas, y hace una semana este mismo tipo se despachó a 45. Otro mal negocio para los que compraron con intención de congelar. Almejas y berberechos mantienen el precio estable, igual que las carnes más habituales en las mesas de Navidad. Aunque en el mercado de Santiago es poco frecuente ver cochinillo expuesto para la venta, los carniceros recogen encargos de este producto. Su precio no se mueve durante el mes, y se oferta a 10 euros. El cordero, con mayor demanda, puede comprarse en varios carnicerías del mercado a 12 euros el kilo.

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«Vengo por la confianza, cercanía, y por la relación calidad precio»

María Varela Míguez compra en el mercado de abastos de Santiago «por muchas razones. Por apoyo al pequeño comercio, por la confianza con los vendedores, por la cercanía con ellos a la hora de escoger los productos». María cree que la «relación calidad precio es buena». Ahora en Navidades, acude para «hacer los encargos de la familia, y sé que no van a engañarme, porque hay confianza».

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«Noto preocupación en la gente, pero las reservas están en la línea de otros años»

José Bermúdez, gestor de varios puestos de congelados y de bacalao de la praza, reconoce que percibe «preocupación en la gente, pero también veo que las reservas están bien. Van en la línea de otros años». En todo caso, asegura que las «familias son desde hace un tiempo más pequeñas y hay que comprar menos cantidad». Bermúdez es optimista. Cree que las ventas «serán mejores que el año pasado».

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«Hace 52 años que compró en la plaza por la calidad y la frescura»

Esther Segade compra en el mercado desde hace 52 años, «y lo hago porque los productos son frescos y la calidad no tiene competencia». Asume que, «aunque en algunos casos puede ser más cara que ir al supermercado, vale la pena. No todo es más caro, la verdura es de aquí y está bien de precio». «Si es una familia grande no podrá comprar rapantes a 10 o 17, pero para pocos vale la pena», opina.

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«Las ventas están flojas desde que no dejan aparcar en la cuesta y alrededor»

Pilar Gómez regenta uno de los puestos de verduras más próximos al murallón. En su opinión, las ventas «están muy flojas en la Praza de Abastos», y lo achaca en parte a «que no dejan aparcar en la cuesta ni en los alrededores». Pilar está segura de que no habrá escasez de coliflor, uno de los productos estrella de la cena de Nochebuena, «porque es de aquí. Hay cantidad suficiente para todos».

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«Las comidas no son tan numerosas como antes y no merece la pena congelar»

Ana Rial, pescadera de la Praza de Abastos, apunta que las compras están «flojas, porque la gente es cauta. No sabe si se reunirá toda la familia en casa, y retrasa los planes». Además, indica que «las familias son más pequeñas, y hace falta menos cantidad, así que no merece la pena congelar». Su recomendación es «no congelar los mariscos de concha. El camarón es el que mejor aguanta el congelado».