La regulación de los pisos turísticos en el Ensanche de Santiago aún tardará un año

La Voz SANTIAGO / LA VOZ

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PACO RODRÍGUEZ

La revisión urbanística en marcha afecta también a otros barrios y, mientras, no se conceden licencias para esos alojamientos en las zonas donde se prevén limitaciones

07 nov 2021 . Actualizado a las 20:07 h.

La regulación de la implantación de pisos turísticos en Santiago fuera del casco viejo aún tardará al menos un año en concretarse definitivamente, lo que implica que hasta entonces el Ayuntamiento no tramitará ninguna petición de licencia que le pueda llegar para los ámbitos considerados sensibles a la instalación de esos alojamientos, ante el riesgo de que su proliferación altere el equilibrio de los usos residenciales.

La preservación de ese equilibrio ha motivado la modificación de usos del Plan Xeral de Ordenación Municipal (PXOM), aprobada de forma inicial en marzo pasado y que en el primer trimestre del 2022 volverá de nuevo al pleno municipal para su visto bueno provisional. El Ayuntamiento está ahora mismo en el proceso de valoración de alegaciones, pero la aprobación provisional no cerrará aún el proceso de revisión. Todavía falta la definitiva. La concejala de Urbanismo, Mercedes Rosón, no cuenta con que esa se produzca antes de finales del 2022, lo que deja todavía todo un año por delante.

Si las alegaciones supusiesen algún cambio, habría que someter esa revisión a una nueva exposición. Al gobierno local no se le escapa que ha de ser muy cauteloso con el respeto de las fases de participación ciudadana, después de que el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG) anulase el veto expreso que CA introdujo en el casco histórico para este tipo de alojamientos por no haberlo expuesto al público.

No obstante, el ejecutivo de Bugallo sostiene que la propia normativa de usos del Plan Especial ya impide su asentamiento en esa zona y que dicha sentencia no afecta a los pisos turísticos, sino a los alojamientos temporales, aunque las sentencias contrarias al Concello por recursos particulares en el casco viejo siguen llegando Con ese criterio, Raxoi adaptaba el Plan Especial de la zona vieja a la sentencia del TSXG en febrero de este año, aunque manteniendo el veto a esos pisos

Pero la ordenación que está ahora en marcha es la que afecta al resto del municipio, en donde el Ayuntamiento ha decidido regular la implantación de esos alojamientos a través de la revisión de los usos urbanísticos, para preservar la preeminencia del residencial ante los efectos que ha tenido la proliferación de esa modalidad turística, como el desplazamiento de población residente.

La revisión del PXOM introducirá limitaciones en buena parte de la ciudad, en aquella que considera sensible a la presión de ese fenómeno: Ensanche, Pontepedriña, Sar, Vite, Fontiñas y los barrios que están en la que se denomina la primera corona en torno al casco histórico (Basquiños, Almáciga, las calles Betanzos, Home Santo y Quiroga Palacios), además de los principales colectores de tránsito peatonal de la ciudad.

Solo en la primera planta

Hasta la aprobación definitiva de esa modificación, dentro de un año aún, está suspendida la concesión de licencias para pisos turísticos en esas zonas, aunque lo que ahora es un veto temporal acabará convirtiéndose en definitivo para el Ensanche —ya lo es para el casco viejo— si prosperan los cambios propuestos. Con carácter general, el plan admitirá la instalación de pisos turísticos en suelos residenciales que expresamente admitan esa modalidad, pero solo en plantas bajas que tengan uso residencial. Y eso no acontece en el Ensanche, donde esa planta es comercial, y la primera (donde se podrían autorizar en ausencia del uso residencial en la baja) suele destinarse también a servicios. En los demás barrios identificados como zonas sensibles, donde la planta baja sí puede (o podría) tener uso residencial, se introducirán, sin embargo, restricciones para asegurar ese equilibrio de usos.

A expensas de lo que diga el texto definitivo, la propuesta actual limita la implantación de pisos turísticos también a la planta baja (o primera, en su defecto), pero se establece un control adicional a través de la altura que el PXOM fija para cada zona. Según eso, solo podrían instalarse donde se admita bajo más 5 alturas (6 si fuese en primera planta). Si no se da esa circunstancia, no habría licencias.

La mayoría de las alegaciones a la modificación del PXOM se centran en esos alojamientos

La modificación del PXOM que el Concello tiene en marcha ahora mismo no tiene por objeto únicamente la regulación de los pisos turísticos. También introduce novedades en otras cuestiones, aunque la preocupación ante la proliferación de esa nueva modalidad de alojamiento haya sido el desencadenante de la revisión. Pero sí es la principal preocupación de quienes han alegado a la aprobación inicial del documento. De las 25 sugerencias presentadas, la mayoría tienen que ver con los pisos turísticos.

El sector de este tipo de alojamientos se ha mostrado muy activo en la defensa de una actividad que se extiende a 720 pisos, los que están incluidos en el directorio de alojamientos turísticos de la Xunta, aunque el Concello da por hecho que son más los que están funcionando. La mayoría operan en el casco viejo, aunque, según los datos que maneja Raxoi en la revisión del PXOM, apenas una treintena tienen autorización municipal, porque el Concello insiste en que además de ese registro, necesitan licencia municipal. Con el PXOM se creará una ordenanza para regular los ya existentes que funcionen con algún amparo legal.