El cierre de la oficina del BBVA anunciado ayer es uno más de los muchos que se han producido en los últimos años. El casco histórico perdió varias sucursales de Abanca, y entre ellas destacan las de Casas Reais, O Franco y San Agustín. También se perdieron las oficinas de la Caixa de San Roque y en Fonte de Santo Antonio, y se le dijo adiós a la del Santander en Concheiros.
Una de las zonas que más entidades bancarias perdió fue el entorno de la plaza de Galicia. En el 2017, la reestructuración bancaria dejó ocho locales vacíos en esta zona. Cerró el Santander en la plaza de Galicia, y en su lugar abrió Massimo Dutti. Muy cerca, el BBVA cerró su sucursal y centralizó todo su trabajo en la de A Senra, donde ahora traslada el negocio de la Rúa do Vilar.
En A Senra, en la esquina con la plaza de Fuenterrabía, desapareció Caixa Catalunya, donde posteriormente abrió una zapatería que cerró recientemente. En esa calle, la oficina del Banco Popular dio paso a otra de negocios del Santander. Caja Duero cerró hace varios años sin que, por ahora, su bajo tenga nuevo inquilino. Abanca cerró su oficina de Montero Ríos, por la proximidad a la central de Doutor Teixeiro. En Santiago de Chile se perdió otra de esta misma entidad.
A los cierres de sucursal en Santiago se suman los que se suceden en municipios rurales, como el de Abanca en A Baña, lo que supuso la unión de las autoridades locales con las de Vimianzo y Zas para evitar el cierre anunciado en los tres municipios. También hubo movilización en Mesón do Vento (Ordes), por Abanca.
El alcalde de O Pino ordenó ya retirar todos los fondos y cancelar las cuentas del Sabadell, ante el próximo cierre de su oficina en Arca. Y cede espacios a la entidad que atienda presencialmente.