«Más de uno soltó alguna lágrima viendo la ayuda externa que recibíamos»

C. López FERROL / LA VOZ

SANTIAGO

20 sep 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

La presidenta provincial de Balrial, Concepción Rey, asegura que la pandemia resultó ser un reto para todos. «Desde el primer momento entendimos que no podíamos cerrar, que teníamos que seguir estando ahí, que precisamente estamos para ayudar, y si en algún momento era imprescindible era precisamente en una situación como esta», manifestó a este periódico. Y así, decidieron que los voluntarios de mayor edad o aquellos que tenían algún problema de salud -la mayoría son jubilados, prejubilados o parados de larga duración, como es el caso de la presidenta, pero también hay algunos estudiantes y gente joven- deberían quedarse al margen, pero el resto siguiente al frente y se les unieron otras personas que, como no podían trabajar, optaron por ayudarles. La presidenta señala que tuvieron muchos ofrecimientos de este tipo, pero no pudieron aceptarlos todos, por la necesidad de mantener las distancias de seguridad.

«El trabajo que tuvimos fue tremendo, ya que, aparte del habitual, casi todas las entidades siguieron abiertas y seguían viviendo a buscar alimentos, pero además nos pusimos a total disposición de los servicios sociales de los ayuntamientos para lo que necesitasen», apunta, y añade que en Santiago y Ferrol hubo alguna petición desde los citados departamentos municipales, mientras que «en A Coruña fue tremendo, pero nos entendimos muy bien con las personas encargadas, aparte de la buena relación que tenemos con la concejala». Desde el concello herculino, todas las tardes les remitían un listado de personas que consideraban que necesitaban alimentos. «Estos listados diarios eran de entre 50 o 60 familias, de dos o tres miembros, algunas de ocho e incluso de once personas, y nosotros preparábamos cajas con alimentos para aproximadamente diez días, teniendo en cuenta si había menores o bebés, que después repartía Protección Civil», explica Concepción Rey, y apostilla que fue una ardua labor, «que nos obligaba a estar trabajando muchas tardes, pero teníamos un ambiente inmejorable y sabíamos que estábamos haciendo una labor indispensable».

Apoyo a los servicios sociales

En la actualidad, el Banco de Alimentos sigue teniendo alguna llamada de los servicios sociales, con los que continúa colaborando.

En cuanto a la provisión de fondos, Concepción Rey manifiesta que las cadenas de alimentación les donaron todo lo que les pidieron y en el llenado de las estanterías, que en algún momento llegaron a estar casi vacías, también contribuyeron las innumerables donaciones económicas de particulares y de las administraciones, así como de muchas empresas. «Incluso hubo trabajadores que donaron lo que su empresa les daba en Navidad. La colaboración de toda la gente anónima fue determinante para nosotros, que veíamos que todos los días nos llegaban cosas, así como la cantidad de personas que hacían la compra en cualquier supermercado y nos la enviaban a nosotros», apunta la presidenta, y concluye: «Aquí más de uno soltó alguna lágrima viendo toda la ayuda externa que recibíamos; fue algo impresionante».