Piden que el cruceiro y el hórreo que Aena retiró del aeropuerto vuelvan por el Xacobeo

Juan María Capeáns Garrido
Juan Capeáns SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

XOAN A. SOLER

La empresa los almacenó al construir la nueva terminal con la disculpa de catalogarlos y buscar una ubicación que está en manos de «un grupo de trabajo»

20 sep 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

La nueva terminal del aeropuerto de Lavacolla ya no es tan nueva. Ha cumplido esta semana diez años en funcionamiento, y solo mantiene esa identificación porque hay otra más vieja y en desuso. La transición de uno a otro edificio supuso, además de modernizar la principal puerta aérea de Galicia, la retirada de dos elementos de la arquitectura popular que embellecían los espacios exteriores como son un hórreo y un cruceiro, que siguen almacenados junto a la vieja estación eléctrica a la espera de una nueva ubicación.

«O maior temor era que alguén os levase para a súa casa e desapareceran do patrimonio público para sempre», advierte Pablo de Prado, delegado de la CIG en los aeropuertos gallegos y principal responsable de que este «abandono» saliese a la luz pública y llegase, como ya ha ocurrido, al pleno del Concello de Santiago y al Congreso en Madrid, por voz del diputado nacionalista Néstor Rego. Superada la amenaza del olvido, desde la central sindical creen que ya ha pasado suficiente tiempo como para recuperarlos para su disfrute público aprovechando el Xacobeo ampliado hasta el próximo año.

Aena no dice que no, pero tampoco mueve una piedra pese a la década que llevan las estructuras desmontadas y aparcadas cinco años después de que se diese la primera voz de alarma. Las piezas están a la intemperie, y para ello están pensadas, pero la falta de mantenimiento puede acabar pasando factura o dificultando la esperada restauración.

Inicialmente se iban a recolocar en algún espacio visible en el marco del proyecto para arreglar el entorno de las instalaciones y coincidiendo con la creación de una senda peatonal para conectar la terminal con el Camino de Santiago, pero no se hizo. Hace casi un año, cuando el asunto llegó a la Cámara en Madrid en forma de pregunta, Aena contestó que tanto el cruceiro como el hórreo estaban a buen recaudo a la espera de datación y catalogación.

Obra de Eduardo Parrado

La duda sobre el valor artístico y cultural se cierne especialmente sobre el hórreo, porque el caso del cruceiro está más que claro. Se trata de una obra que realizó el compostelano Eduardo Parrado a principios de los años 70. El artista, vecino de Santa Marta, donde tiene una plaza con su nombre, fue discípulo de Asorey y recibió la medalla al mérito artístico del Concello de Santiago. Fue uno de los escultores que más cruceiros públicos realizó en el siglo XX, y su huella está en múltiples edificios de Galicia y España, aunque Aena sostiene que la pieza no estaría afectada por la ley autonómica de patrimonio cultural.

La empresa pública estatal asegura que no ha dejado el asunto de lado y que hay «un grupo de trabajo» encargado de poner luz sobre ambos elementos para acabar definiendo algún destino. De Prado, en cambio, cree que se trata de un problema de falta de sensibilidad «e de vontade», porque la recuperación del hórreo y el cruceiro tendría un coste «insignificante» para una compañía como Aena.