«Nunca tanta mochila movín»

Natalia Rodríguez Noguerol
Natalia Noguerol MELIDE / LA VOZ

SANTIAGO

PACO RODRÍGUEZ

Las cifras de peregrinos que llegan a Santiago y los negocios confirman una progresiva recuperación del Camino como fuente de ingresos

20 sep 2021 . Actualizado a las 23:02 h.

Quienes están detrás de los negocios que abrieron sus puertas al abrigo del auge del Camino de Santiago vuelven a confiar en el empuje económico del primer itinerario europeo de peregrinaciones, después de que, el año pasado, la pandemia pusiera a cero el contador de romeros que tienen como meta la ciudad del Apóstol. La progresiva recuperación visual de la secuencia de grupos de turistas con el singular atuendo jacobeo la avalan las cifras que manejan en la Oficina de Acogida al Peregrino de Santiago, y la confirman vecinos que, en su día, testimoniaron para La Voz tanto la importancia del Camino en las economías locales, como el revés que recibieron por el impacto que causó en el turismo la crisis sanitaria global del coronavirus.

Aunque lejos de alcanzar los números de las campañas previas a la pandemia -en el 2019, fueron 347.578 las personas que se atendieron en la Oficina del Peregrino- este año el número de visitantes que llegaron a Santiago por las diferentes rutas jacobeas ya se aproxima a los 100.000. En todo el 2020, con dos meses -abril y mayo- en los que ni siquiera hubo registros, fue de 54.143 personas, únicamente 10.000 más que el pasado agosto, que cerró con un total de 43.575 peregrinos.

PACO RODRÍGUEZ

Oxígeno para los autónomos

Las mejores cifras que deja la afluencia en el Camino de Santiago respecto al 2020 las perciben autónomos como José Ángel López. Este taxista de Melide, junto con otros compañeros de oficio, diversificó sus servicios con el transporte de equipajes y bicicletas en la ruta francesa, y, tras once años cubriendo la etapa Palas de Rei-Arzúa con los bártulos de los peregrinos, asegura, sin dudarlo, que «nunca tanta mochila movín». Camino Cómodo es la marca bajo la que operan, en diferentes itinerarios jacobeos, el grupo de taxistas, que «estamos movendo por etapa unha media de entre 130 e 140 equipaxes ao día, cando antes da pandemia, era de, salvo en días puntuais con máis carga de traballo, de entre 70 e 80», cuenta José Ángel López.

La recuperación asociada al Camino de Santiago también reactivó la lavandería que, hace más de cuatro años, abrieron en el centro de Melide, en pleno Camino Francés, las hermanas Milagros, Davinia y Cristina Varela, quien apunta que «no hay color respecto al año pasado», cuando contaba que la aportación de la ruta jacobea era de cero.

«La mejora es espectacular»

El Camino está recuperándose de las heridas de la pandemia a un ritmo imprevisto. «No esperábamos remontar así; pensamos que iba a ser un verano relajado», comenta Cristina Varela, que, junto a sus hermanas Milagros y Davinia, regenta en Melide las lavanderías autoservicio La Colada, una de ellas -la primera que abrió sus puertas- estratégicamente ubicada al paso del Camino Francés por el centro urbano. En ella, el usuario «es mayoritariamente peregrino», confirma la empresaria, quien apunta que «notamos una mejora espectacular; no estamos a niveles de antes del covid, pero muy bien». El balance lo extiende a la segunda lavandería autoservicio que abrieron en Melide, donde «hubo gente de fuera como no hacía tiempo».

«Salvamos a temporada»

Tras un inicio de temporada flojo, la afluencia en el Camino de Santiago comenzó a crecer a medida que empezó a avanzar el verano. «En maio e xuño non había a xente de antes da pandemia, pero a partir de mediados de xullo, unha barbaridade», cuenta desde Melide José Ángel López, el taxista que, bajo la marca «Camino Cómodo», cubre el servicio de transporte de equipajes en la etapa del Camino Francés entre Palas de Rei y Arzúa. En esa dinámica continúan en septiembre, que, apunta, «estanos sorprendendo, e moito porque non está vindo o estranxeiro que adoita vir por esta época». Además, «outubro non vén nada malo», añade. En definitiva, «dudabamos moito da temporada», que, sin embargo, «está salvada, polo menos nós», afirma.