La limitación de horarios y aforos lleva al ocio nocturno de Santiago al cierre o a la reconversión

Margarita Mosteiro Miguel
marga mosteiro SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

Sandra Alonso

Solo están abiertos entre un 35 y 40 % de los pubs, los que tienen terraza

15 sep 2021 . Actualizado a las 19:59 h.

La noche compostelana está mayoritariamente cerrada y de ahí que los pocos locales que se animan a levantar sus rejas no sean suficientes para atender la demanda generada por la llegada de los universitarios. Con un aforo del 50 % y un horario recortado, los propietarios echan sus cuentas y prefieren «seguir cerrados, porque no es rentable», apunta Thor Rodríguez de Hostelería Compostela. Sergio Fernández, vinculado a las asociaciones de Bares y Pubs de Santiago, Plataforma de Hostelería y Hostelería Compostela, sostiene que solo aquellos locales que tienen terraza pueden abrir sus puertas con ciertas garantías económicas. El resto sigue esperando un cambio en los protocolos de la Xunta de Galicia para frenar el covid. Actualmente, solo están abiertos entre un 35 y 40 % de los locales nocturnos.

Próxima apertura de Blaster

De las cinco discotecas de Santiago, únicamente Ruta mantiene su actividad, de ahí las colas que se registran casi todos los días para conseguir entradas. Poco después de las siete y media de la mañana de ayer ya había chavales guardando turno. Aunque la taquilla abre a las cuatro de la tarde, este martes se anticipó a las doce para vender las entradas y evitar que se prolongará la espera. En Ruta también han optado por reducir el número de entradas a la venta por persona de diez a cinco, y desde hoy las reservas serán vía correo electrónico. Con esto se quieren evitar las colas y aglomeraciones en la puerta del local. En los próximos días abrirá la discoteca Blaster, que busca un portero. Estos establecimientos, al igual que las salas conciertos, cierran a las tres de la mañana, y a partir de ahí las fiestas en pisos y el botellón son las opciones de los jóvenes para seguir la fiesta. Jesús Peón, de la sala Sónar, sigue sin una fecha de reapertura: «Con un aforo de 90 personas y un cierre a las 3.00 no puedo mantener el local». Estas mismas razones impiden la apertura de locales de menor tamaño en el casco histórico. Entre los que retomaron su actividad está el Tarasca, que decidió cobrar entrada (12 euros) para evitar una situación que le obligaría a cerrar. Tanto el lunes como ayer martes, numerosos jóvenes se dieron cita para hacerse con una entrada. Ese pub tiene un aforo de 40 personas, por lo que sin rotación de clientes y con una consumición por persona durante toda la noche el establecimiento no sería viable.

La mayoría de los locales tradicionalmente de la noche pero que disponen de terraza al aire libre son los que están abriendo estos días. Sin embargo, los hosteleros están seguros de que, salvo que «se mude o protocolo e se poda abrir máis horas, moitos terán que pechar», asegura Sergio Fernández.

Cuando la lluvia y el frío hagan inviable el tardeo, los locales tendrán que volver a echar cuentas. «Se tes seis traballadores, con dous o tres para o pub son suficientes, pero cun aforo reducido, non saen as contas», explica el hostelero.

Locales emblemáticos, con la persiana bajada

En la lista de los locales emblemáticos de la noche de Santiago que siguen sin abrir sus puertas están, además del mencionado Sónar y el Blaster, las discotecas Maycar y La Facultad, y los establecimientos Fonte Sequelo, Flor de Toxo, Retablo, Fórum, antiguo Ultramarinos, Gabbana, Eme Music, Moon, Albaroque, Fraggle, Corredoira, Armería y O Galo D'Ouro, entre otros. El Retablo, Fonte Sequelo y Fraggle Rock ya anunciaron su cierre definitivo, y están en alquiler. La Armería abrirá con dueño nuevo y el Corredoira pasará a ser un bar vegetariano.

Una de las consecuencias de los casi dos años de ERTE es que el sector encuentra problemas para reclutar personal. Muchos optaron por buscar trabajo en otros sectores, como la construcción, y otros se desplazaron a localidades costeras en los que la hostelería se recuperó antes que en Santiago. «Hai locais que non teñen persoal para abrir», apuntan Sergio y Thor, aunque reconocen que lo que frena la recuperación son los aforos y los horarios. Fernández subraya que, una vez que se normalice la situación, los hosteleros «terán que formar aos novos camareiros».