Telefónica niega haber desplegado un nuevo tendido de fibra en San Miguel, en Santiago

Olimpio Pelayo Arca Camba
o. p. arca SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

PACO RODRÍGUEZ

Asegura que tramita licencias para enterrar las líneas en el casco histórico

19 ago 2021 . Actualizado a las 22:44 h.

La pelota no acaba de saltar de tejado en tejado en el caso del cable de fibra óptica destinado a la sede del Museo das Peregrinacións en San Miguel dos Agros. Tras demandar la Asociación de Veciños do Casco Histórico explicaciones al Concello compostelano, este responsabilizó a la Xunta de Galicia por efectuar ese trabajo sin licencia. La Xunta traspasó la responsabilidad a la operadora a la que adjudicó la dotación de fibra óptica a su red de centros. Y ayer esa firma, la empresa Telefónica, negó haber realizado las actuaciones que los vecinos vieron y criticaron.

La operadora de telecomunicaciones asegura que «Telefónica no ha realizado ningún despliegue para llevar nuevo tendido de fibra óptica a la sede del Museo das Peregrinacións» y añade que «no dispone de red con la que pueda ofrecer este servicio en estos momentos». En línea con lo manifestado desde la Xunta de Galicia, exponen que la sede museística dispone de conexión a Internet en la actualidad a través de la red del propio Concello de Santiago.

Desde la empresa sostienen que la ampliaciones de la red de fibra óptica de Telefónica en el ámbito del casco histórico «se realizarán soterradas a través de canalizaciones existentes, que se ampliarán, en caso necesario, con nuevas canalizaciones». Y explicitan que la compañía está ya tramitando las licencias preceptivas con el Concello de Santiago para esas obras en diversos puntos de la ciudad.

El escrito que destapó el caso, remitido por el colectivo vecinal del casco histórico a partidos políticos de la corporación municipal, señalaba que ese despliegue de cableado sucedía a finales del pasado mes de julio, cuando mientras Orange desplegaba la red subterránea para la que cuenta con las autorizaciones preceptivas, «outra empresa (prestadora do servizo de mantemento dos semáforos do Concello) estaba a poñer un cable específico dende a Porta da Pena ata o Museo das Peregrinacións. Preguntado aos operarios confirman que é para pasar a fibra óptica directamente dende unha liña do Concello ou da Xunta ao museo». Es más, en su crítica por la celeridad en dotar de la nueva fibra óptica a la instalación que forma parte de la red de la Xunta, exponen: «Parece ser que o Museo das Peregrinacións non podía esperar a tela [la fibra óptica] ao mesmo tempo que os veciños, ordenan á empresa que traballa para o Concello, coa súa grúa (co logo do Concello) a pasar un cable só para o museo, sen ter en conta o convenio e a licitación feita».

«Pasados os cables todo queda en nada», piensan en el colectivo que denunció el caso

«Supoño que ao final acabará en nada, porque aquí unha vez que están pasados os cables queda todo en nada». Es la valoración que expresa Mariví García Montero, vicepresidenta de la Asociación de Veciños do Casco Histórico de Santiago sobre el caso del tendido aéreo de un cable de fibra óptica para dar servicio al Museo das Peregrinacións. «Uns botan a culpa a outros, e eses a outros», reflexiona sobre unos hechos que distan de aclararse a medida que transcurren los días.

Porque la representante vecinal sostiene que el caso del museo dista mucho de ser único. Alude de esa forma al proyecto de Smart City, indicando que el cableado de conexión desde las cámaras a los bolardos no fue enterrado en distintas rúas, atravesando por cualquier lado: «Esa obra é do Concello. Non sabemos se ten permiso ou non, como foi esa comisión e como non foi». En la práctica indica que los edificios públicos, pertenezcan a la institución que pertenezcan, gozan desde hace tiempo de una fibra óptica a la que acceden sin haber tenido que respetar las limitaciones exigidas a los particulares: «A nós o que nos choca é que esperamos cantidade de anos por unha fibra para todos os veciños, puxéronnos un montón de pegas porque non se podían poñer cables, e chegan e póñenos nos edificios da Xunta, do Concello, da Smart City, para todo», por lo que tiene cierta sensación de impunidad en las actuaciones de las administraciones.