Una vida entera entregado al arte de la orfebrería, y aún sigue

La Voz

SANTIAGO

ROCIO CIBES

Julio Lado Martínez pertenece a una familia de reconocidos artesanos y muestra su obra en la Casa do Cabido

07 ago 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Con 84 años recién cumplidos, Julio Lado Martínez, natural de Santiago, lleva setenta dedicados a la orfebrería. El interés por este arte manual le viene de familia: a finales del siglo XIX su bisabuelo, Andrés Lado Puente, funda un taller en la rúa Rapa da Folla que inicia una estirpe de orfebres que se ha mantenido hasta hoy. Julio Lado es el último representante de la misma, que ha conservado con esfuerzo junto a su hermano Ángel Lado. El trabajo de la familia Lado fue reconocido desde el principio. Ya en 1909, el hijo de Andrés Lado elaboraría una bandeja que le valdría la Medalla de Ouro da Exposición Rexional Galega, celebrada en Santiago e inaugurada por Alfonso XIII. Julio creció con muchos hermanos, eran diez en total, y siete mostraron interés por la artesanía. A la muerte de su padre comienza a trabajar en el taller de su bisabuelo, que fue trasladado por su abuelo a la Rúa do Vilar, y allí se forma en orfebrería, haciendo del cincelado su especialidad. A la par, estudia en la Escuela de Artes y Oficios, hoy Mestre Mateo. Tenía quince años. Su hermano Ángel lo acompaña, y juntos hacen trabajos destinados a la iglesia, objetos religiosos que les eran encargados. No tenían el mismo éxito entre los vecinos, absorbidos por las piezas realizadas en fábricas, hecho que dificultó la supervivencia del taller, como todavía pasa en muchos negocios que priman la creación manual. Pese a todo, también realizarían alguna obra dedicada al mercado civil. Su leitmotiv es la iconografía relativa a su ciudad desde siempre, Santiago. Con los años, los hermanos Lado comienzan a recibir galardones. Ángel fue en 1964 Premio Nacional de Orfebrería, y él, en 1982, gana el primer premio provincial de destreza en orfebrería en plata por su diseño del escudo de Galicia. Llega a su culmen en 2016, al recibir el Premio Artesanía de Galicia por su trayectoria.

Los trabajos de Julio Lado pueden admirarse en la Casa do Cabido, en la Praza das Praterías, hasta octubre. Hay una exposición en activo, titulada «Lado, unha saga de ourives composteláns», que recoge parte de sus creaciones, algunas de las herramientas utilizadas por sus familiares e incluso dibujos a mano que muestran el proceso de diseño de sus piezas. La muestra fue visitada ayer por el alcalde, Sánchez Bugallo, y el vicepresidente de la Xunta Francisco Conde, a quienes el propio artesano explicó su trabajo. Aunque ya ha cerrado su taller, Julio Lado sigue siendo orfebre jubilado. Pero no se cansa de crear, y no es para menos dado su currículo. Desde el año pasado, trabaja como restaurador en la Universidade de Santiago. 

CRIS GARCIA

Pregón de los buenos

Luís Celeiro abrirá la Feira do Turismo e do Peregrino, un acto organizado por el Concello de Samos para fomentar el Camino de Santiago. El campo da festa de Samos acogerá mañana multitud de actividades durante todo el día para promocionar el Xacobeo 2021-2022. A las 13.00 el periodista samoense, vecino de Santiago, profesor asociado de Xornalismo en la USC y vicepresidente de la Asociación de Periodistas e Estudosos do Camiño de Santiago, abrirá la feria con un pregón. Además, el histórico grupo de música folk A Quenlla interpretará diez cantigas del juglar Martín de Padrozelos. Son nueve cantigas de amigo y una de amor en gallego-portugués del considerado primera voz lírica en gallego del medievo. La jornada seguirá con una exposición de artesanos y la mañana se cerrará con el concierto de la orquesta La Ocaband y Pili Pampín. Para quien quiera acercarse a Samos, tenga en cuenta que, dadas las restricciones sanitarias, habrá aforo limitado y el uso de mascarilla será obligatorio en todo momento.

 

Risas en el Día do Neno

Ni el mal tiempo pudo con la celebración del Día do Neno en Ordes, organizado por el Concello que preside José Luis Martínez Sanjurjo. Más de cien personas acudieron a las instalaciones del pabellón Campomaior en turnos para cumplir con las medidas sanitarias. Los niños pudieron disfrutar de una jornada de juegos con multitud de actividades, hinchables para saltar e incluso talleres creativos que se sucedieron durante toda la tarde. Las risas de los más pequeños de la casa llenaron de alegría el recinto polideportivo.