Las paradas de autobús se han movido de sitio en la rúa da Benéfica. José Duro vive por allí y alega que el cambio se debe a motivos de visibilidad: «Disque así os chóferes van ver mellor a xente da parada». No critica la totalidad de las obras, pero sí incide en algún detalle. Han ampliado las carreteras y algunos espacios se han quedado muy vacíos. Además, el pavimento escogido no siempre es el mejor. A veces cuesta diferenciar las zonas peatonales de las habilitadas para automóviles. Otras, los bordillos son casi invisibles. Francisco López, que está asomado a la ventana de su casa, cuenta que se cayó a la altura de Televés por ese motivo: «Se non chega a pasar por alí unha rapaza que me axudou non me levantaba».
Aunque el sentir general es de insatisfacción, hay quien está conforme: «Agora está todo moi moderno pero bueno, paréceme ben», dice Mercedes Méndez. Por su parte, Maruja Fernández, que vive justo enfrente de la plaza, comenta que la ve «estupendamente, agora teño máis vista», ya que antes el muro se la tapaba. Aun así, espera que se pongan barandillas para evitar caídas y que se señalice la zona.