La flota de buses urbanos de Santiago crecerá hasta los 58 y costará 16 millones

r. martínez SANTIAGO / LA VOZ

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catuxa prieto

Tres vehículos serán eléctricos y más pequeños para una línea circular en el casco viejo

07 jul 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

La nueva concesión del transporte urbano deberá incorporar 58 autobuses (una media docena más que la actual), con prevalencia todavía de vehículos convencionales (33), aunque también introducirá una veintena (un mínimo de 22) de unidades bajas en emisiones. Los tres restantes habrán de ser eléctricos y de dimensiones reducidas para cubrir una línea circular en el área perimetral del casco histórico. La adquisición de toda la flota rondará los 16 millones de euros (15,7) y su amortización, junto con los demás gastos de implantación del nuevo servicio, se estima en doce años.

Ese es el tiempo por el que saldrá el contrato a licitación, según se desprende del estudio de viabilidad económica elaborado por la consultora Novotec para el Ayuntamiento y que valora en 20,14 millones la inversión que requiere su implantación. Además del coste de los autobuses, está el de la dársena para la flota y otras instalaciones (un millón de euros), los sistemas a instalar en los autobuses (1,5 millones en el 2022 y 869.000 euros en el 2026) y los gastos de software y hardware (271.000 euros en el 2022 y 291.944 en el 2026).

El estudio cifra en 8,5 millones los costes del servicio para el 2022 y estima los ingresos por venta de billetes en 8,27, (por encima de los 8,5 ya a partir del 2023), a los que hay que sumar los 153.000 euros que se prevén por publicidad, un 20 % más que en el 2018, el año que el estudio tomó de referencia. Ese incremento se sustenta en la disposición de más autobuses, la mayor aportación de espacios publicitarios de los nuevos modelos (tanto externos como internos) y la posibilidad de insertar publicidad en la app del servicio. La subida de ingresos por esa vía, sin embargo, no será sostenida. Irá decreciendo en los años subsiguientes y a partir del 2026 ya se estima de tan solo el 2 %, para quedarse en el 1 % en los últimos cinco ejercicios del contrato.

La nueva concesión traerá también nuevas tarifas. Sin actualizarse desde el 2010, el nuevo cuadro de precios vinculado a la estructura de costes que proyecta ese informe fija una subida del 25 % para el billete ordinario (de 1 a 1,25 euros), aunque el incremento será mayor todavía en el bono ordinario, el más utilizado por el pasaje de pago (en torno a 2,3 millones de usuarios antes de la pandemia). El viaje con ese bono, que ahora sale a 0,60, costará 0,88 en el próximo contrato, un 46 % más. Otro tanto ocurre con las tarifas escolares, que crecerán un 36 % el billete suelto (de 0,55 a 0,75) y un 40 % el bono (de 0,40 a 0,56). En todos los casos ya con el IVA incluido.

Aunque por poca diferencia con el bono ordinario, la modalidad de acceso al servicio más extendida es gratuita. Antes de la pandemia, los pensionistas generaban en torno a 2,4 millones de viajeros al año. Para ellos también se avecinan cambios que les afectarán al bolsillo.

La nueva concesión limitará de forma importante el acceso gratuito total que le garantizan los 720 viajes de balde anuales que tienen a su disposición ahora mismo. Con el próximo contrato, sus posibilidades de viajar gratis se reducirán un 86 %. Solo tendrán acceso a 100 servicios gratuitos iniciales. A partir de ahí pagarán 0,50 euros.

Las tarifas bonificadas le costarán al Concello cuatro millones de euros

La nueva concesión introducirá también un cambio de modelo de retribución del Ayuntamiento a la empresa concesionaria. Si ahora la compensación municipal hace frente a la diferencia entre el coste del kilometraje y la recaudación por viajeros y publicidad, el próximo contrato se basará en el sistema de billetaje. El Ayuntamiento deberá abonar las bonificaciones efectivas.

El estudio hace una estimación de la aportación municipal con un pasaje anual de 7,25 millones de usuarios y las bonificaciones de la nueva concesión. Y concluye que Raxoi tendría que abonar algo más de cuatro millones (ahora no baja de esa cifra) por las exenciones totales o parciales en el billete. Sería casi la mitad de los ingresos previstos por venta de billetes (8,27 millones)

La mayor aportación municipal (2,24 millones) se correspondería con los pensionistas, que aunque pierden la gratuidad total mantendrán cien viajes gratis y una rebaja del 60 % en los restantes. Los descuentos del bono ordinario (el billete valdrá casi un 30 % menos que el individual) supondrán otros 776.000 euros para el Concello, por 257.000 el bono mensual y 187.000 el escolar, según ese estudio.