El solar de la vieja estación de autobuses de Santiago quedará libre a principios del 2022

r.m. SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

XOÁN A. SOLER

Dieciocho empresas optan al contrato para su derribo, que comenzará en septiembre

20 jun 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

La vieja estación de autobuses quedará libre a principios del próximo año de la edificación en la que hasta hace apenas un mes se organizaba el transporte colectivo de viajeros por carretera con destino o salida de la ciudad. La Xunta, titular del inmueble, adjudicará en breve su demolición para hacer espacio para la futura ciudad administrativa de San Caetano, enfrente de la sede autonómica. Su derribo exige un proyecto de envergadura. De hecho costará 1,5 millones de euros y precisará tres meses de trabajo. La entidad de la intervención ha despertado el interés de numerosas empresas. Hasta 18 optan a hacerse con el concurso.

Los trabajos comenzarán en septiembre y la previsión es que la parcela quede libre y preparada para su nuevo destino a finales de este año o principios del próximo. Pero no caerán la totalidad de las instalaciones. Solo el edificio principal. Los inmuebles anexos destinados a oficinas municipales y al parque de bomberos se mantendrán. El de bomberos está pendiente de una solución para el parque comarcal. En ese caso, se retomaría la obra inacabada en Salgueiriños para reubicar ese servicio.

La demolición afectará a 13.301 metros cuadrados distribuidos en tres pisos y comenzará por la zona de dársenas, donde se desmontarán los hierros y elementos de la cubierta, así como las envolventes metálicas y las carpinterías, además de las estructuras metálicas y las pasarelas de conexión con la terminal de pasajeros. La estructura de hormigón sobre las dársenas se derribará. Y posteriormente se hará lo mismo con los volúmenes superiores. La previsión es que la demolición se realice prácticamente en su totalidad en el interior de la parcela delimitada, sin tener que recurrir a medios desde el exterior. El derribo se hará esencialmente con cizalla hidráulica, que reduce los riesgos derivados de la vibración que producen otros mecanismos de percusión.

La Xunta ya tiene en redacción el proyecto que sustituirá al edificio que en las últimas décadas albergó la estación de autobuses y que en septiembre comenzará a ser historia.