Santiago pierde este año 31 terrazas de hostelería pese al aumento de la demanda

Margarita Mosteiro Miguel
m. mosteiro SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

PACO RODRÍGUEZ

El descenso de licencias se atribuye al cierre de locales por el covid

20 jun 2021 . Actualizado a las 21:12 h.

Las restricciones impuestas a la hostelería para frenar la transmisión del covid y la certeza de que el exterior es más seguro que el interior, ha hecho que los compostelanos se inclinen por las terrazas para consumir en la hostelería. En fin de semana, conseguir un hueco en algunas de las terrazas de Santiago es una tarea complicada. Los hosteleros reconocen que sus clientes prefieren esperar turno para la terraza antes que consumir en el interior. Esta mayor demanda no se traduce en un incremento de permisos. En el 2020, el Concello concedió 421 licencias, pero ahora son 388. En los últimos años, las solicitudes no habían dejado de crecer. En el 2019 fueron 416 las terrazas autorizadas en Santiago, el doble de las que había en el año santo del 2010.

Entre los permisos tramitados en el 2021 hay muchos de nueva concesión, por lo que la caída de licencias se relaciona con el cierre de locales de hostelería que no pudieron soportar la crisis económica derivada de la sanitaria. Los cierres afectaron a prácticamente toda la ciudad, y también hay nuevas terrazas o ampliación de espacios tanto en el Ensanche como en el casco histórico y barrios.

Aunque en prácticamente todos los rincones del municipio se pueden localizar establecimientos de hostelería con terrazas atractivas, hay zonas que tiene más gancho que otras. Incluso hay terrazas que son más demandadas en fin de semana que de lunes a viernes.

Uno de los espacios más atractivos es Porta Faxeira. En este punto, las terrazas se distribuyen en línea con la calle, y las mesas y sillas de varios locales están separadas por mamparas acristaladas. En la Praza da Quintana, las terrazas del Cre-Cotte y Quintana suelen estar a rebosar, y la del Literarios tiene mucha más demanda en el atardecer. En la rúa Preguntoiro y Praza de Feixoó, la terraza del Riquela es otra de las más demandadas por las tardes.

Muchos de los locales de la plaza de San Agustín y la rúa das Ameas, en el entorno de la Praza de Abastos, comenzaron a ponerse de moda antes de la pandemia, y especialmente los sábados y domingos suele ser una zona con una demanda alta, similar a la de los mejores momentos de la clásica zona de vinos de Santiago, la de las calles Franco y A Raíña. En este último ámbito, hay terrazas casi siempre llenas, como las del San Jaime, Charra, Trafalgar, María Castaña y Stela.

En el Ensanche, la praza Roxa tiene las terrazas más atractivas, y no muy lejos de allí, en la rúa Nova de Abaixo, la del Raíces Galegas es una de las más frecuentadas por los universitarios.

Aunque se hace necesario coche o dar un largo paseo, la terraza del nuevo servicio hostelero del Monte do Gozo, con un parque infantil, está ganando clientes especialmente en el fin de semana, y a medida que aumenta la llegada de peregrinos también entre semana. Asimismo, en el barrio de Vista Alegre hay varios locales que han conseguido hacerse un hueco entre las terrazas más atractivas de la ciudad.

Sandra Alonso

«Los clientes prefieren estar al aire libre»

Luis Torrealba y María Varela, de Ratiños Coffee Shop, disponen de permiso para la terraza desde noviembre del pasado año, y ahora están tramitando la ampliación de mesas y sillas, y esperan la llegada de las sombrillas «que nos darán la opción de aprovechar mejor el espacio, y sobre todo, la gente estará más cómoda». Por ahora «son tres mesas, pero el local es muy pequeño, así que el aforo interior hacía inviable el negocio». María confía en el visto bueno para la ampliación, «porque solo serán dos mesas más, y los vecinos están de acuerdo». La terraza «no solo será bueno para nosotros, sino también para la zona, porque da vida».

La puesta en marcha de la terraza permitió «contratar a dos personas, así que no solo nos permite sacar adelante el café, sino que creamos empleo». Luis y María comprobaron que, desde que funciona la terraza, «las personas que vienen prefieren siempre estar en el exterior antes que dentro». En cuanto a la recuperación del turismo, «aún es lento, poco a poco se nota que está más animado el casco viejo».

Sandra Alonso

«Con la terraza exterior ganamos visibilidad»

El café-bar Paradiso, en la Rúa do Vilar, es uno de los locales que apostó por la terraza exterior para compensar la reducción del aforo en el interior. «Con la terraza ganamos visibilidad, y además los clientes siguen siendo reacios a los interiores», comenta Pablo Ares. Su terraza tiene autorización desde el pasado enero, y «viene a ser un alivio; con buen tiempo trabajamos todos, la gente quiere estar al aire libre». Reconoce que la llegada del turismo extranjero es «aún lenta; en fin de semana es más alta que entre semana. No sé si vienen por el Camino, en coche o en tren, pero el último fin de semana había muchos portugueses y andaluces, también franceses y alemanes, poco a poco se nota que empezamos a despegar».

Aunque el interior del Paradiso «es atractivo por su decoración y estilo, la terraza nos ofrece la posibilidad de aguantar en los peores momentos», explica Pablo. Solo tienen permiso para cuatro mesas, y eso porque el negocio que había fuera cerró: «Las mesas se quedan en tres por el aforo, pero aún así nos compensa mucho».