Aparcamientos

Cristóbal Ramírez

SANTIAGO

14 jun 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

El párroco del Sar ha mostrado una insolidaridad impropia de su rango. Lamenta que los coches aparquen al lado de su iglesia, sin darse cuenta de que en alguna parte habrá que dejarlos. Es más, visto que Santa Marta está siempre lleno, seamos buenos ciudadanos y propongamos ideas al Concello, tras felicitar a la antigua corporación que tuvo la brillante idea de convertir el campus sur en un gran aparcamiento (¿recuerdan aquellas tristes postales de hace 50 años en que se veía totalmente vacío y muerto?).

Una idea es aprovechar todos los espacios útiles. ¿Para qué valen si no? Quien lo desee puede gozar de monte y prados muy cerca, la ciudad es para lo que es. Y las instituciones deben dar ejemplo. Empezando por el rectorado, que tiene ahí Fonseca. Como en coche es difícil llegar, el claustro de Fonseca para las motos.

Otro aparcamiento son los jardines de la Inmaculada, en Acibechería. Llevan ahí siglos, nadie les hace caso, no valen para nada. Entrando por Cervantes, tres docenas de coches bien caben.

La Iglesia, que tanto se beneficia de los peregrinos, no puede quedar al margen. La magnífica Oficina del Peregrino, en Carretas, presume de un patio de agárrate lorito, idóneo para meter en él autocaravanas (habría que hacer una pequeña rampa, pero eso es peccata minuta).

Podrían apuntar ustedes que ahí está la catedral. Pues bien, queda en exclusividad para bicicletas y patinetes eléctricos. Tiene tres naves, de modo que a ver por qué una no se puede dedicar a aparcamiento.

Y no me vengan con que el de borde de Salgueiriños está vacío todos los días. No creo que haya nadie tan desaprensivo que desee a sus semejantes tener que caminar 10 o 15 minutos para ir al trabajo.