San Lázaro, la puerta de Santiago

Margarita Mosteiro Miguel
Marga Mosteiro SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

El comercio y la hostelería del barrio están a la espera de la vuelta de los peregrinos, mientras sus casas más antiguas ofrecen una imagen de abandono

07 jun 2021 . Actualizado a las 08:32 h.

El barrio de San Lázaro es la primera visión estrictamente urbana que perciben los peregrinos al llegar a Santiago y, aunque hace unos días los operarios de la empresa de mantenimiento se afanaron en eliminar los innumerables baches de su vial principal, todavía quedan trabajos pendientes para mejorar la imagen que registran los visitantes al cruzar el cartel viario que identifica la entrada en Santiago. Pero, no solo por ser la puerta de Compostela para quienes llegan en peregrinación por el Camino Francés, sino también porque los vecinos de San Lázaro merecen que los servicios municipales se esmeren en la limpieza de sus calles y contenedores, vacíen papeleras, adecenten los alcorques de los árboles plantados en las aceras y eliminen las pintadas.

Una de las situaciones que más llama la atención en San Lázaro es el mal estado de algunos espacios empleados por numerosos conductores para dejar sus coches, especialmente en las jornadas matinales, cuando acuden a sus puestos de trabajo en las dependencias de la Xunta situadas en el barrio cientos de trabajadores. Dos de estos espacios están en unas fincas sin urbanizar en la rúa Clemente Fernández Sarela y, otro más, en la esquina de esta calle, aunque con un pavimento no apto para caminar con tacones. El asfaltado de esta rúa fue uno de los que se mejoraron recientemente en la zona.

Otro de los aparcamientos del barrio, junto al Palacio de Congresos, requiere la atención de los servicios de mantenimiento de espacios verdes para reparar algunas de las vallas que delimitan el espacio. Y para cortar las malas hierbas que crecen en el centro del área. En muy buen estado está el amplio espacio verde que rodea a las nuevas edificaciones, pero en las calles interiores, como la que conduce hacia el campo de fútbol del Sergas o la que termina en Pilar Miró, la maleza invade las aceras. También es bueno el estado general de las baldosas de las aceras, salvo en los accesos a los garajes de los edificios más nuevos.

Casas abandonadas

Además del aspecto desangelado que ofrece la falta de mantenimiento y limpieza de las calles, el gran número de viviendas cerradas y en estado ruinoso que pueden verse a ambos lados de la calle de San Lázaro contribuye a empeorar más la imagen del barrio. De algunas de ellas cuelgan carteles de «se vende» desde hace años, sin que parezcan despertar el interés de los compradores. El comercio es escaso en San Lázaro, tanto en la zona más antigua como en la más moderna. Aun así hay un par de establecimientos atractivos, como El vestidor de Alicia y Bulideira. Por supuesto, no faltan las pequeñas tiendas de alimentación de barrio, así como talleres y panaderías. El gremio más numeroso de la zona es el hostelero, aunque, debido a la falta de movimiento turístico, algunos mantienen sus puertas cerradas. La presencia de funcionarios y trabajadores de los sindicatos, que tienen su sede en el barrio, es la razón de la gran cantidad de restaurantes, que ofrecen menús del día de lunes a viernes. San Lázaro es, además, sede del campo de fútbol municipal, cuyo entorno se intentó impulsar como aparcamiento disuasorio, pero sin mucho éxito.

El Palacio de Congresos y los tres hoteles de cuatro estrellas, Oca Puerta del Camino, Eurostar San Lázaro y Los Abetos, así como varios pequeños establecimientos hoteleros y albergues, completan su tejido empresarial. Todos estos equipamientos se concentran en la zona más moderna del barrio.