La política y la bazofia

Ignacio Carballo González
Ignacio Carballo LA SEMANA POR DELANTE

SANTIAGO

06 jun 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Los ciudadanos perciben cada vez más la política como un problema, en vez del medio que debiera ser para conseguir objetivos de avance social y facilitar la vida cotidiana del común de los mortales. Pero no. Con demasiada frecuencia, los políticos se ganan a pulso el suspenso, sin paliativos, de quienes en algún momento -ilusos- depositaron en ellos su confianza. Y en el ruedo municipal se amplifican estas malas prácticas, hasta el punto de provocar, en el mejor de los casos, la indiferencia, producto del hastío, de sus víctimas, que son sus propios vecinos. Esta conclusión drástica está muy a tono con lo que acontece estos días en Santa Comba, aunque podría aplicarse a otros municipios -no necesariamente del área de Santiago- y administraciones. El concello xalleiro no se merece los gobernantes que tiene, que han tirado por la borda dos años de mandato mientras sus vecinos luchaban en solitario contra las catastróficas consecuencias de la pandemia. Por no tener, no han tenido ni las ayudas económicas a los sectores más directamente afectados por las restricciones decretadas durante los últimos quince meses. Eso sí, ellos, los gobernantes, han tenido su sueldo asegurado todos los meses, sufragado por los mismos a quien ellos han castigado un día tras otro al tiempo que no hacían otra cosa que tirarse los trastos a la cabeza, insultarse y convertir la política municipal en un lodazal de ineptitud, ambiciones y traiciones. Que el PSOE del inefable José Antonio Ucha convirtiese en alcalde a David Barbeira, único edil de CxG, solo para impedir que siguiese gobernando el PP de María Pose, que lo echó a él de la alcaldía en el 2016, no auguraba nada bueno. Y el inexperto Barbeira no tardó en probar la recurrente medicina de su teórico socio de gobierno, que ahora consigue un récord antológico: saldrá del ejecutivo local por tercera vez con mociones de censura, solo que esta la firma él mismo junto al PP. Ucha no se irá ahora en plan torero como en el 2008, y tampoco el atribulado Barbeira que, víctima de su desesperación o tal vez ambición, llegó a ofrecer, en grabado secreto, un pacto a Pose hace un año, porque no iba a cumplir el acuerdo de la alcaldía rotatoria cediéndosela a Ucha. Todo lamentable. ¡Pobres vecinos de Santa Comba!