Esta finlandesa que reside en las proximidades de Bertamiráns es una apasionada de los idiomas: domina nueve. A su lengua natal le une el inglés, el sueco, el francés, el alemán, el español, el gallego, el portugués y el italiano. Incluso hizo un curso de chino, «pero solo cuatro frases para después preguntarle si hablan inglés», afirma entre sonrisas. Pero, ¿cuándo empezó a hablar gallego? «Llegué aquí en el año 1995 pero ya había estudiado gallego antes de venir a Galicia por mi cuenta, concretamente había unos fascículos de La Voz de Galicia y me puse a aprender vocabulario», afirma. Una vez en tierras compostelanas, hizo un curso en la USC y posteriormente consiguió el certificado de la Xunta Celga 4. ¿Cuál es la mayor dificultad? «Las palabras que cambian de género entre el gallego y el castellano, pero eso es solo chapar», responde sin dudar, añadiendo que el idioma que más le costó aprender fue el alemán.
Anu Pitkanen asegura que en «Galicia es fácil integrarse». Ella llegó en 1989 a España y, antes de pisar estas tierras, trabajó en Tenerife también en promoción turística. Ahora, aunque en ocasiones siente morriña -«especialmente en verano, por San Juan»-, descarta regresar a su país: «Ya llevo más tiempo fuera que allí». Para ella «los gallegos se parecen mucho en el carácter a los finlandeses». Quizás por el recuerdo de su tierra eligió para vivir una aldea, en las proximidades de Bertamiráns, «no soy urbana, me gusta más la aldea, el bosque».