Celebración contenida del fin del estado de alarma en Compostela

Patricia Calveiro Iglesias
P. Calveiro SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

XOAN A. SOLER

La Policía apenas tuvo trabajo y disolvió un botellón en Monte de Deus, así como tres fiestas en pisos, además de identificar a una persona ebria que causaba alboroto

10 may 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

El fin del estado de alarma no derivó en desmadre en Compostela, en donde la celebración de la primera noche sin toque de queda fue contenida. Los agentes de la Policía Local y Nacional que participaron en el dispositivo especial montado para la ocasión, apenas tuvieron trabajo en la madrugada del domingo y solo se vieron obligados a intervenir en casos muy contados.

«La verdad es que fue una noche tranquila y esperamos que siga siendo así, por el bien de todos», destacó el concejal de Seguridad Ciudadana, Gonzalo Muíños, quien insistía ayer en el llamamiento a la responsabilidad ciudadana. Aunque la comisaría local recibió a primera hora de la noche varias llamadas de vecinos denunciando incumplimientos, no llegaron a producirse detenciones. El edil asegura que la lluvia jugó un papel clave en la capital gallega para evitar las concentraciones y altercados en la calle, que hubo en otras ciudades.

Los agentes se ocuparon de disolver un pequeño botellón en Monte de Deus a las 22.30 horas. El grupo de jóvenes que se había reunido allí para beber se dispersó ante la presencia policial. Paralelamente, varias patrullas estuvieron realizando rondas de control por los parques de la ciudad (como el de Belvís o Bonaval) para asegurarse de que no hubiera concentraciones ilegales.

También se actuó en tres fiestas en pisos por el ruido y molestias que generaban. La celebración acabó en una propuesta de sanción hacia las dos de la mañana en un domicilio del casco histórico y en otro de Salgueiriños, y a las cinco en el Ensanche.

La Policía Nacional también fue requerida por un local hostelero de A Quintana pasadas las diez de la noche. Al parecer, tras invitar a abandonar el negocio a un cliente en claro estado de embriaguez que estaba incordiando al resto, este siguió causando alboroto ya en el exterior. El hombre, que además se negaba a ponerse la mascarilla, acabó siendo identificado.