Borja Rey, portero del Compos, vino a San Lázaro para «trabajar y crecer»

Ignacio Javier Calvo Ríos
NASO CALVO SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

PACO RODRÍGUEZ

Aunque disputó muy pocos minutos, asegura que es su mejor año como futbolista

06 may 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Yago Iglesias aprovechará la última jornada para dar minutos a los menos habituales. Aunque el objetivo es sumar los tres puntos para abandonar el farolillo rojo y conseguir una victoria después de dos meses y medio de sequía, el técnico del Compos premiará a los suplentes que trabajaron a lo largo de la temporada en silencio. Ante el Langreo volverán las rotaciones, por lo que todo apunta a que otra vez el portero será Borja Rey en lugar del veterano Pato Guillén. Después de pasar todo el campeonato a la sombra del uruguayo, Borja Rey tendrá una nueva oportunidad de lucirse en la despedida del curso.

El pasado fin de semana debutó en San Lázaro frente al Marino, partido que los compostelanistas perdieron por la mínima. El portero reconoce que se sintió «muy bien, muy cómodo, aunque con mucho respeto al principio por ser mi debut en casa. Ojalá hubiese sido con una victoria y la portería a cero. Pese a la derrota, a nivel individual acabé con buenas sensaciones». Para este sábado, el meta confía en volver otra vez a la titularidad, aunque a estas alturas de la semana el técnico todavía no le confirmó si estará o no en el equipo inicial.

Borja Rey reconoce que a lo largo de toda la campaña, y más estos días, recibió muchas sugerencias del veterano Pato Guillén y del técnico Yago Iglesias. «El entrenador me apoyó mucho esta temporada, con buenos consejos e indicaciones. Por supuesto que estoy muy agradecido por la confianza de estos últimos partidos. Los consejos de Yago Iglesias son más tácticos y técnicos, por eso es el entrenador. Los de Pato son más como compañero, transmitiéndome tranquilidad y diciéndome que haga las cosas fáciles, que al saltar al campo haga simplemente lo que sé hacer y lo que entreno».

Crecimiento

Recuerda además que cuando llegó a San Lázaro «tenía en mente crecer día a día. Sabía que Pato Guillén contaba con una gran ventaja, por llevar más tiempo en el equipo, ser un gran portero y conocer al entrenador y el estilo de juego del Compostela. Yo no tenía esa dinámica ni ese ritmo, por lo que me centré en trabajar día a día, en crecer y esforzarme. Me dejé la piel para adaptarme lo antes posible. Realmente estoy disfrutando, aunque reconozco que al principio sentía un poco de agobio».

«Me siento mejor futbolista que cuando llegué en agosto»

Tras una brillante primera fase, en la que el Compostela estuvo incluso cerca de clasificarse para luchar por el ascenso, en el segunda tramo del campeonato el conjunto blanquiazul no consiguió alcanzar el mismo nivel. Al Compos se le hizo muy largo el camino. «La primera fase nos pasó mucha factura. Estábamos en un grupo muy fuerte, con equipos que nos exigieron el máximo. Tuvimos rivales como el Deportivo, Racing y Pontevedra. Fue una fase terrible y el Compos estuvo de 10, siempre al cien por ciento. Después de conseguir nuestro objetivo en Zamora, que era alcanzar la permanencia en la categoría, ya fue más complicado estar a pleno rendimiento». Entiende que el Compos comenzó «la segunda fase enfrentándose al Numancia, que nos exigió muchísimo, pero es posible que afrontásemos esta nueva etapa con cierta relajación, algo que considero muy normal porque la exigencia de la primera fase fue brutal».

La plantilla piensa en el último duelo frente a Langreo, aunque en la cabeza de los futbolistas está el curso que viene. Muchos jugadores tienen la carta de libertad en la mano y tocan semanas duras para el director deportivo, que deberá formar un nuevo proyecto. Borja Rey reconoce que «en el vestuario hay cierta incertidumbre porque muchos futbolistas, pilares muy importantes de este equipo, terminan contrato. A Manuel Castiñeiras le queda un verano muy duro». Entiende que «es normal la preocupación porque en este deporte se trata de seguir creciendo. Estoy viviendo una gran etapa en el Compostela, con un grupo extraordinario. En este vestuario se habla abiertamente y ojalá se puedan quedar todos, aunque cada uno debe mirar lo mejor para su futuro».

«La temporada no fue de 10, para mí fue un año de 11»

Borja Rey se estrenó encajando un gol, que días después todavía recuerda: «El rival me encaró con facilidad, aunque me dio la impresión de que podía haber aguantado un poquito más de pie. La jugada fue producto de un desajuste por parte de todo el equipo». Sobre lo que le ofreció el curso, entiende que «a nivel personal, aunque disputé pocos minutos, fue el crecimiento más grande que tuve en mi carrera. Fue, sin duda, la mejor temporada, tanto técnica como táctica y mentalmente. Me siento mucho mejor portero si lo comparamos con lo que era cuando llegué aquí en agosto. No fue una temporada de 10, sino que fue una de 11». Con esta nota califica el cancerbero su paso por el Compos.

Gran parte del éxito se debe al grupo existente. «No conviví nunca, ni en el fútbol base, con un vestuario así. El día a día es igual que cuando llegas a casa a comer con la familia. Aquí hay gente que lleva mucho tiempo en el Compos, que son claves en el funcionamiento del grupo. Es espectacular, genial. Desde el principio me acogieron fenomenalmente».

También está en el aire la continuidad del técnico: «Yago Iglesias tiene las ideas muy claras. Es un entrenador que le da mucha importancia a cada minuto de cada entrenamiento».