David, un amigo, una época

Jesús Verea ANIVERSARIO DE LOS MÁRTIRES DE CARRAL

SANTIAGO

25 abr 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Conocí a David Sánchez Carro a principios de los años 80, cuando la política en democracia estaba dando los primeros pasos. Nos unía, además, no solo esa vinculación con Santiago y por las ganas de cambiar las cosas, sino también Betanzos, donde él había nacido, o Mugardos y Moeche, donde yo ejercía de médico. Lugares que se fueron convirtiendo en escenarios de tertulias y confabulaciones, y donde la actividad política no tenía nada que ver con la actual y consistía en una dedicación absoluta por construir desde la nada, hablando, convenciendo y mirando a la gente a los ojos. Actividad política compartida que poco a poco se fue transformando en una amistad duradera.

Son muchas las cosas que recuerdo de David, pero si tuviese que destacar una es precisamente su mirada sincera, siempre, como decía, a los ojos. Y también su generosidad sin límites, en lo afectivo y en lo material. Puede parecer una contradicción, un banquero generoso, pero en David esas contradicciones eran naturales y son decenas los empresarios y familias de Santiago que podrán confirmar cómo sin la ayuda oportuna de David sus negocios no habrían salido adelante.

Los escenarios políticos de Ferrolterra los compartíamos con Santiago, donde creamos durante muchos años un grupo irreductible capitaneado por Leonardo desde los fogones de nuestro queridísimo Fornos y que coincidió también con la época dorada del Compostela, disculpa perfecta para compartir política, deporte, pero sobre todo amistad.

Eran otros tiempos, otra época que poco se parece a la actual. En lo político luchábamos por lo que creíamos, por supuesto de manera altruista, y dedicando el poco tiempo libre que teníamos solo con el convencimiento y el contacto con la gente. No había redes sociales, así que tampoco había prisas y el enemigo político era de carne y hueso, no digital, así que el respeto y la empatía eran muy diferentes. Posiblemente también lo que entendemos por amistad era de otra manera, se cocinaba a fuego lento y por lo tanto era más auténtica y resistente.

Gracias, David, por tu amistad de toda una época.