«Gústame falar coa xente, pero agora nin peregrinos pasan»

Emilio Forján NEGREIRA / LA VOZ

SANTIAGO

Manuel Federico Quintáns, de 102 años, es vecino de Negreira
Manuel Federico Quintáns, de 102 años, es vecino de Negreira PACO RODRÍGUEZ

Manuel Federico Quintáns Otero, de 102 años, es carpintero y estuvo en la Guerra Civil

30 mar 2021 . Actualizado a las 18:04 h.

Su gran pasión sigue siendo la lectura, pero Manuel Federico Quintáns Otero lo que echa mucho en falta es el «contacto» y la conversación con la gente, incluso con los peregrinos que a diario pasaban por delante de su casa en el núcleo negreirés de A Chancela. «Antes vías pasar xente por aquí e incluso falabas cos peregrinos, pero agora non pasa nin o primeiro, e xente maior coma min, aquí non a hai», apunta Federico con buena salud, aunque, como él explica, «o peor é a cadeira», que, con todo, no le impide salir al exterior de la casa para tomar el aire.

Antes del coronavirus, este negreirés de 102 años que fue carpintero y estuvo en la Guerra Civil, acostumbraba a salir a tomarse algo con sus nietos, o mismo echar la partida al dominó en la cafetería de la Casa da Cultura. Desde hace un año, nada es lo que era para quien agradece las visitas restringidas de personas que se acercan a conversar afablemente. «Hai xente que me ten un aprezo tremendo e chámanme por teléfono, pero xa non veñen por aquí», se lamenta Federico. Incluso echa en falta las reuniones familiares «aínda que pola vellez [ríe] non teño queixa ningunha».

A Federico también le preguntamos por el transcurrir de la pandemia. Tiene la percepción de que la gente no se lo toma nada en serio: «Polo que eu vexo nas noticias, a xente segue facendo reunións, segue habendo vodas e cando eu era novo e empezou todo o movemento previo á guerra, estabamos en alarma e todo o mundo estaba recollido. Pasaban aquelas ordes e todos tiñamos medo, pero aquí parece que ninguén ten medo ao virus, porque un contaxio cóllelo en calquera curruncho», señala este centenario que indica que cuando nació «houbo unha peste e incluso houbo familias enteiras que morreron, pero daquela non había medicamentos, nin tampouco médicos». Ahora sí los hay, pero Federico observa que las personas hoy en día no temen ni la mitad que los de su época. Y hablando de medicamentos, a Federico ya le han administrado la primera dosis de la vacuna del coronavirus y en breve recibirá la segunda para quedar inmunizado. Anima a todos a hacerlo.